Escrito por:  Redacción Mundo
Dic 25, 2023 - 8:04 am

El mensaje de Navidad del papa Francisco, leído desde el balcón de la logia central de la fachada de la basílica de San Pedro antes de la bendición ‘urbi et orbi’, se convirtió en un verdadero alegato contra los fabricantes de armas, en el que se refirió también a las guerras que tienen lugar en distintas partes del mundo.

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Una de ellas, que toca directamente al cristianismo pues tiene efectos en Belén, la ciudad en donde nació Jesús según la tradición cristiana, es la que libra Israel contra el grupo islamista palestino Hamás por el brutal ataque del 7 de octubre pasado que desató la dura respuesta israelí que ha dejado también miles de muertos.

Pero llamó la atención que el papa Francisco, lo mismo que un sector de la opinión en el mundo, se refiriera al conflicto en la Franja de Gaza sin hacer ninguna alusión ni señalar responsabilidad alguna a Hamás. Esa actitud de ocultamiento del grupo armado y su responsabilidad quedó patente también cuando la directora de Unicef, Catherine Russell, condenó la “violencia sexual” cometida contra mujeres israelíes el 7 de octubre.

“Los relatos de violencia sexual […] en Israel son horribles”, escribió X (antes Twitter). “Las supervivientes deben ser escuchadas, apoyadas y atendidas. Las denuncias deben investigarse a fondo. Condenamos la violencia de género y todas las formas de violencia contra mujeres y niñas”. Esas afirmaciones dejaron por fuera de la ecuación a Hamás, como si en este terrible hecho solo hubiera habido víctimas y no victimarios.

El papa aseguró que lleva “en el corazón el dolor por las víctimas del execrable ataque del pasado 7 de octubre”, aunque no citó a los islamistas de Hamás, y renovó su llamamiento “para la liberación de quienes aún están retenidos como rehenes”.

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En este mensaje, en el que el papa tradicionalmente enumera los conflictos del mundo, empezó recordando la situación en Gaza y pidió que la paz “llegue en Israel y Palestina, donde la guerra sacude la vida de esas poblaciones”. Pero nada de Hamás.

“Suplico que cesen las operaciones militares, con sus dramáticas consecuencias de víctimas civiles inocentes, y que se remedie la desesperada situación humanitaria permitiendo la llegada de ayuda”, continuó el pontífice, e instó a “que no se siga alimentando la violencia y el odio, sino que se encuentre una solución a la cuestión palestina, por medio de un diálogo sincero y perseverante entre las partes, sostenido por una fuerte voluntad política y el apoyo de la comunidad internacional”.

Mensaje contra las armas

Francisco también advirtió que para decir no a la guerra “es necesario decir no a las armas. Porque si el hombre, cuyo corazón es inestable y está herido, encuentra instrumentos de muerte entre sus manos, antes o después los usará. ¿Y cómo se puede hablar de paz si la producción, la venta y el comercio de armas aumentan?”.

Lamentó las muchas “masacres debidas a las armas, que ocurren en un silencio ensordecedor, a escondidas de todos”, y aseguró: “La gente, que no quiere armas sino pan, que le cuesta seguir adelante y pide paz, ignora cuántos fondos públicos se destinan a los armamentos. ¡Y, sin embargo, deberían saberlo!”

“Que se hable sobre esto, que se escriba sobre esto, para que se conozcan los intereses y los beneficios que mueven los hilos de las guerras”, fue el llamamiento del papa en su mensaje de Navidad.

Paz para Ucrania y el resto de países en guerra

También imploró la paz para Ucrania, en Siria, en Yemen y pidió la estabilidad social y política para el pueblo libanés.

Invocó la paz definitiva entre Armenia y Azerbaiyán y que la favorezca el regreso de los desplazados a sus hogares y no olvidar “las tensiones y los conflictos que perturban a las regiones del Sahel, el Cuerno de África y Sudán, como también a Camerún, la República Democrática del Congo y Sudán del Sur” y “que llegue el día en el que se consoliden los vínculos fraternos en la península coreana, abriendo vías de diálogo y reconciliación”.

Mientras que para los gobernantes del continente americano pidió inspiración para “hallar soluciones idóneas que lleven a superar las disensiones sociales y políticas, a luchar contra las formas de pobreza que ofenden la dignidad de las personas, a resolver las desigualdades y a afrontar el doloroso fenómeno de las migraciones”.

También pidió que seamos la voz “de los que no tienen voz: los inocentes, muertos por falta de agua y de pan; voz de los que no logran encontrar trabajo o lo han perdido; voz de los que se ven obligados a huir de la propia patria en busca de un futuro mejor, arriesgando la vida en viajes extenuantes y a merced de traficantes sin escrúpulos”.

“Que este periodo de preparación sea ocasión para convertir el corazón; para decir no a la guerra y sí a la paz”, concluyó Francisco.

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