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La reunión de la Asamblea General de las Naciones Unidas, prevista entre el próximo 23 y 29 de septiembre, será escenario de un momento inédito: varios países occidentales reconocerán oficialmente al Estado palestino tras décadas de limitarse a reconocer solo a Israel. Francia, Reino Unido, Canadá, Australia y Bélgica ya han anunciado su intención en medio de la guerra e invasión israelí en Gaza. Pero, ¿qué cambia realmente con esto?
Ante el reconocimiento del Estado palestino, así están varias naciones occidentales de cara a la celebración de la Asamblea General de las Naciones Unidas entre el 23 y el 29 de septiembre.
Un suceso decisivo se vivirá en medio del contexto de la guerra e invasión israelí en la Franja de Gaza y del hartazgo de algunos de los socios tradicionales de Tel Aviv con el gobierno del primer ministro Benjamin Netanyahu, cuyas acciones en el enclave fueron catalogadas como “genocidio” recientemente por la Comisión Internacional Independiente de Investigación, que actúa como un organismo autónomo perteneciente a la ONU.
Tras este gesto de reconocimiento de Palestina como un Estado independiente de pleno derecho están países como Francia, Reino Unido, Australia, Bélgica o Canadá, naciones que en muchos casos están ligadas a importantes órganos multilaterales como el G7, el G20 o la OTAN. Para ello, Francia, junto con Arabia Saudita, serán coanfitriones de la reunión sobre el reconocimiento de Palestina que se celebrará en el marco de la Asamblea General de la ONU.




El liderazgo de Francia en esta cuestión que viene, en parte, por su anuncio unilateral del reconocimiento a Palestina, a diferencia de Reino Unido que lo condicionó a si Israel no aceptaba un alto el fuego antes de septiembre —algo que no ha sucedido—, produjo una reacción en cascada de países de la órbita europea y occidental para reconocer al Estado palestino, algo que ha sido rechazado por naciones que siguen apoyando a Israel, especialmente Estados Unidos.
La reacción francesa no es nueva en el ámbito europeo. Durante el 2024, España, Irlanda y Noruega reconocieron a Palestina como un Estado independiente e instaron a sus socios europeos a hacerlo. De hecho, la posición de Madrid se ha visto en el panorama internacional como la más férrea contra el gobierno de Netanyahu en los últimos meses, instando a cortar lazos comerciales con Israel, embargar el envío de armas e incluso prohibiendo la entrada a su territorio a ministros como Bezalel Smotrich y Ben Gvir.
Para Daniela González Iza, especialista en Derechos Humanos y Naciones Unidas, el reconocimiento de estos países se explica en parte por “la presión social interna generada por las manifestaciones propalestinas. Esto sumado al lenguaje contundente desde Naciones Unidas, que cada vez parece ser más clara en catalogar lo que sucede en Gaza como genocidio, ha forzado a estos países a tomar decisiones, aunque sean inicialmente en el ámbito jurídico”.
Algo a lo que Moisés Montiel, profesor de Derecho Internacional en el Centro de Investigación y Docencia Económicas en Ciudad de México, suma en entrevista con France 24 en Español, que “desde que Israel ha asumido una estrategia de guerra total, que podría tener tintes genocidas. Especialmente porque el tema del genocidio toca una fibra sensible desde la Segunda Guerra Mundial y, por ejemplo, los genocidios reconocidos de los años 80 y 90 marcaron unas posiciones de ‘nunca jamás’ entre muchos países”.
El reconocimiento de Palestina, ¿un gesto más simbólico que real?
Que países como Francia, Reino Unido, Bélgica, Australia o Canadá hagan este reconocimiento ahora no es casual. Estos gobiernos ya se muestran molestos —o al menos incómodos— ante los informes de organismos como Naciones Unidas, que desde hace meses denuncian los bombardeos y ataques contra civiles y que el 22 de agosto declararon la hambruna en el enclave por el bloqueo del ejército israelí a la ayuda humanitaria.
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El reconocimiento del Estado palestino como medida exclusiva suscita dudas a estas alturas de la guerra, cuando ya se han superado los 65.000 muertos en la Franja de Gaza a causa de los ataques israelíes y se percibe que las intenciones del gobierno de Benjamin Netanyahu están lejos de alcanzar un alto el fuego permanente y también de permitir que un estado palestino se establezca. Especialmente cuando este anuncio no va acompañado de medidas más concretas, como el embargo de armas.
Entrevistado por France 24, el coautor del libro ‘Tomorrow Is Yesterday’ (‘El mañana es ayer’, traducido al español), Robert Malley, quien también fue asistente especial del expresidente Bill Clinton para asuntos árabe-israelíes, asegura que “el reconocimiento de un Estado que no existe, que no va a existir, que los israelíes no van a permitir que exista, ciertamente no cambiará la vida de ningún israelí o palestino. No va a cambiar la vida de ningún palestino que sufre lo que sufre hoy en Gaza y Cisjordania“.
Y apunta a que tal gesto podría tener más que ver con la imagen política al asegurar que “podría hacer que algunos políticos se sientan mejor. Podría darles una buena imagen. Pero no los obligará a hacer lo que puede marcar la diferencia para detener lo que está sucediendo hoy en Gaza, que cada vez más expertos califican de genocidio“.
Un apunte con el que coincide Jaime Abedrapo, académico y doctor en derecho internacional y relaciones internacionales por la Universidad Autónoma de Madrid, en entrevista con France 24 en Español, al asegurar que “estos países no quieren pasar a la historia siendo cómplices de lo que está pasando con un gesto como el reconocimiento del estado palestino de cara a un futuro”.
Abedrapo, sin embargo, asegura que el reconocimiento del Estado palestino puede ser un “primer paso” hacia nuevas decisiones, ya que “si la actitud previsible de Netanyahu es no avanzar hacia un cese al fuego es probable que la balanza se incline hacia las primeras sanciones, a pesar de que sea difícil que éstas sean efectivas contra Israel”.
Y Moisés Montiel asegura que “merece la pena destacar el rompimiento de posiciones históricas de algunos países como Francia, Reino Unido o Australia que o bien tenían una relación más cercana con Israel o han desarrollado pocas acciones tangibles a favor de los palestinos” y sostiene que “el reconocimiento del Estado palestino por parte de países como Francia o Reino Unido tiene un valor jurídico que entraña el reconocimiento de una serie de derechos y obligaciones que se deben tener por el simple hecho de ser un Estado. Algo que podría ser importante a la hora de contemplar que Israel está ocupando territorios palestinos”.
Palestina ya es reconocida por 147 de las 193 naciones presentes en la ONU
El precedente inmediato que muestra que el reconocimiento de un Estado no garantiza su existencia es que antes de la celebración de la Asamblea General de Naciones Unidas de este 2025 más del 70% de los países del mundo representados ante la ONU ya reconocían al Estado palestino. Muchos de ellos tras el anuncio de la Organización para la Liberación de Palestina en el año 1988 de crear un Estado palestino.
Como se observa en el siguiente mapa, la mayoría del continente americano —con la excepción de Estados Unidos y Panamá—, del africano y del asiático reconocen al Estado palestino de forma efectiva. Y en Europa Occidental, donde siempre existieron más reticencias a hacerlo, el número de reconocimientos han aumentado en los últimos años.
El problema fundamental reside en una de los principales postulados de las relaciones internacionales y es que para formar un Estado es necesario contar con tres elementos claves que son poseer un territorio, población y soberanía. El territorio palestino está muy diezmado a causa de la colonización ilegal israelí en Cisjordania y de la separación de esta entidad territorial palestina con la Franja de Gaza, y además la soberanía que ejerce el gobierno palestino es muy limitada.
Daniela González Iza señala que “Palestina enfrenta varias dificultades de cara a su existencia como Estado. La primera de ellas es que todavía no es miembro de Naciones Unidas de pleno derecho a causa del veto de algunos países como Estados Unidos, aunque el más importante es que a causa de la ocupación israelí hay un problema en la cuestión del control de las fronteras y del hecho que el control del Estado palestino sobre los territorios palestinos es muy limitado”. Además sostiene que “aunque el reconocimiento de Palestina es importante diplomáticamente hablando, también es de esperar una reacción en medio de este conflicto armado.
Tanto es así que en el planeta existen múltiples ejemplos contrarios, instituciones que no tienen apenas reconocimiento internacional, pero que sí ejercen como un estado independiente al cumplir esas tres funciones. Por lo tanto, el reconocimiento no es efectivo sin implementaciones sobre el terreno.
A esto, Jaime Abedrapo añade un problema más y es la cuestión sobre “qué legitimidad actual tiene la Autoridad Palestina y cómo se puede avanzar en una alternativa de reconocimiento que no contemple a Hamás, que actualmente tiene mucho más apoyo entre los palestinos”. Y es que la cuestión de apartar a este grupo islamista, causante de la masacre del 7 de octubre de 2023, se ha convertido en punto fundamental para los países occidentales, pero también en una cuestión de difícil resolución. Especialmente si no se tiene el apoyo en ello, por ejemplo, de los países árabes de la región.
Todo ello a pesar de que estos previsibles nuevos reconocimientos, aunque no sean numerosos, sí podrían ser relevantes en el balance dentro de algunos organismos importantes en el mundo occidental, que hasta la fecha ha sido la región más contraria a reconocer el Estado palestino. Por ejemplo, dentro de la OTAN, la principal alianza militar de Occidente,14 países de los 32 miembros ya reconocen a Palestina como Estado, y si llegaran a sumarse Canadá, Francia y el Reino Unido serían 17. Estos tres países también podrían sumarse a los 10 del G20 que también reconocen al Estado palestino.
Naciones Unidas quiere reconocer al Estado palestino, pero EE. UU. tiene un veto clave
Una cuestión significativa que podría cambiar es que cuatro de los cinco estados permanentes en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas pasarían a reconocer al Estado palestino, quedando Estados Unidos solo en esa ecuación. Sin embargo, a pesar de ello y de que el reconocimiento del Estado palestino es ampliamente mayoritario en la Asamblea General, no podrá pasar a ser parte como miembro de pleno derecho a causa del veto constante de Washington. En la actualidad, el Estado palestino es miembro observador permanente dentro de la Asamblea, pero carece de derecho a voto hasta que no sea miembro.
El papel de Estados Unidos ha sido también uno de los principales obstáculos para funcionarios de la Autoridad Palestina y la ampliación de reconocimiento del Estado palestino. El propio secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, anunció hace unas semanas la revocación de visas a funcionarios palestinos, entre ellos a Mahmud Abbas, que tenían pensado acudir a la Asamblea General de Naciones Unidas debido a que se celebra en Nueva York.
De hecho, estos vetos de Estados Unidos han sido constantes. Sin ir más lejos, este jueves 18 de septiembre, Washington volvió a quedarse solo votando en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, cuando una mayoría de sus miembros votaron a favor de un llamado a un alto el fuego y a un mayor acceso humanitario a Gaza. Estados Unidos ha vetado ya más de 50 resoluciones críticas con Israel desde que existe el Consejo de Seguridad.
Todo ello a pesar que desde la Asamblea General de Naciones Unidas se aprobase el pasado 12 de septiembre un documento que reafirma su respaldo a la creación de un Estado palestino independiente y soberano y pide el fin de la ocupación israelí en los territorios palestinos. También reclama que el futuro Estado palestino tenga garantías en cuanto a su continuidad territorial y viabilidad económica.
Este documento se llamó la ‘Declaración de Nueva York’ y recibió el apoyo de 142 países miembros de la ONU; fue rechazado por diez —entre ellos Israel, Estados Unidos, Hungría y Argentina—, mientras 12 se abstuvieron.
Con todo este contexto, Naciones Unidas celebrará su 80 Asamblea General, un espacio en el que Gaza será protagonista y centro del debate entre los principales líderes del mundo.
Con medios locales
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