Las adolescentes habían sido plagiadas el viernes pasado en un internado de Jangebe, en el noreste de Nigeria, y aparecieron este martes en los locales del gobierno de Zamfara, según anunció a la AFP el gobernador del Estado, Bello Matawalle.

“Estoy feliz de anunciar que las chicas han sido liberadas. Acaban de llegar a la casa de gobierno y están en buena salud”, declaró Matawalle a un periodista de la AFP que pudo ver a las jóvenes. “El número total de chicas secuestradas en el colegio es de 279 y están todas delante nuestro; agradecemos a Alá”, agregó.

Las autoridades aseguraron inicialmente que faltaban 317 chicas tras el ataque de hombres armados a este internado.

Se trata del cuarto ataque contra escuelas en menos de tres meses en el noroeste de Nigeria, donde los grupos criminales, llamados “bandidos”, multiplican los robos de animales a gran escala y practican los secuestros para pedir rescate desde hace una década.

Las autoridades de Zamfara están negociando con los grupos criminales desde hace más de un año un acuerdo de amnistía a cambio de la entrega de las armas. En diciembre pasado negociaron la liberación de 344 chicos que fueron secuestrados por bandidos en el internado en el Estado vecino de Katsina.

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Las autoridades niegan que hubieran pagado rescate a los secuestradores, pero los expertos en seguridad no lo creen y temen que estas prácticas lleven a la multiplicación de los secuestros en estas regiones minadas por la extrema pobreza y sin seguridad.

Este nuevo secuestro masivo reavivó el recuerdo del rapto de Chibok en 2014, cuando el grupo yihadista Boko Haram secuestró a 276 estudiantes, suscitando la indignación mundial. Más de un centenar siguen desparecidas y nadie sabe cuántas sobrevivieron.

Sin embargo, los dos últimos secuestros serían diferentes: los “bandidos” actúan por el dinero y no por razones ideológicas, pese a que algunos han tejido lazos con los grupos yihadistas en el noreste.