La madre de Mohamed Atta, considerado uno de los cerebros de los atentados terroristas del 11-S contra las Torres Gemelas, espera veinte años después que su hijo aparezca vivo, según le confesó al diario español El Independiente. “Como madre, creo que mi hijo sigue vivo porque no acepto su muerte”, asegura Bozaina, de 79 años, a este medio digital desde El Cairo.

El egipcio Mohamed Atta tenía 33 años cuando estrelló un Boeing 767 de Américan Airlines contra la Torre Norte del World Trade Center de Nueva York el 11 de septiembre de 2001, que pilotaba en uno de aquellos atentados suicidas tras haberlo secuestrado junto a otros terroristas de Al Qaeda. Dos décadas después, su madre decidió hablar para El Independiente: “Mi hijo no pudo ser capaz de hacer las cosas que dicen que hizo”. 

“Que Alá lo devuelva si está vivo”, asegura después de haber visto la vuelta de los talibanes al poder en Afganistán.

Los ataques del 11-S desembocaron en la invasión de Afganistán por parte de Estados Unidos en busca del líder de Al Qaeda, Osama Bin Laden, acusando de protegerle a los talibanes, que el pasado agosto volvieron al poder en el país asiático tras la retirada estadounidense.

“Supliqué a Alá para que mi hijo fuera uno de ellos y pudiera al final volver a casa”, afirma Bozaina sobre lo que pensó al ver las imágenes de los talibanes en agosto. La madre insiste en que hace años pensó que su hijo estaba en Guantánamo, la prisión militar de Estados Unidos en Cuba, pero hasta ahora nadie le confirmó “si está vivo o muerto”.

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“No sé dónde está”, dice a El Independiente ante la duda de si “está muerto o se encuentra encarcelado en algún lugar y por eso no nos contacta”.

Lo último que supo es que su hijo estaba en Alemania, donde estudiaba en Hamburgo y se radicalizó al yihadismo con otros miembros de la organización de Bin Laden, al que había conocido en Afganistán y quien se fijó en Atta, que hablaba inglés y residía legalmente en Europa, lo que facilitaba el viajar a Estados Unidos.

“No le creo capaz de suicidarse”, manifiesta a este diario, convencida de que Estados Unidos montó una “película” de que su hijo murió y temerosa de que “la verdad puede permanecer oculta para siempre”.

La mujer duda de que su único hijo varón, pues tiene dos hijas que son reconocidas médicos, fuera capaz de aprender a pilotar en un mes como para dirigir el avión en el ataque suicida a una de las Torres Gemelas en Nueva York.

“Lo quiero ver antes de morir”, afirma en la entrevista con El Independiente, pues sigue “esperando el milagro de volver a escuchar su voz”. Los atentados de los que este sábado se cumplen veinte años provocaron cerca de 3.000 muertos y miles de heridos.