Escrito por:  Redacción Mundo
Oct 10, 2023 - 3:22 am

Después de varios días de haber ocurrido el sangriento ataque terrorista de Hamás a Israel, debido al cual ya se cuentan por cientos los muertos y por miles los heridos (sumados ambos bandos), comenzaron a hacerse los balances y a responderse las preguntas, entre otras, de por qué fue tan sorpresivo y devastador el asalto.

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Las conclusiones derivadas de los análisis de expertos en temas militares y de seguridad causan escalofrío, porque en otras partes del mundo hay líderes que impulsan ideas similares a las de ofrecer incentivos económicos para resolver graves problemas de seguridad ciudadana y orden público.

En el caso de Hamás, primero, hubo una incomprensión total de este movimiento islamista palestino (que no es lo mismo que Palestina) por parte de los servicios de inteligencia de Israel. Por eso, en pocas palabras, fueron incapaces de prevenir la sangrienta ofensiva sorpresa ejecutada la mañana del sábado.

Ese ataque terrorista de Hamás, que comenzó con una masacre de más de 250 personas que asistían a un festival de música electrónica en la localidad de Re-im, en el desierto de Negev, sur de Israel, consistió en disparos de miles de miles desde la Franja de Gaza, donde gobierna, la infiltración en suelo a israelí de un millar de combatientes y el secuestro de al menos cien personas más.

“Se trata de un enorme fracaso del sistema de inteligencia y del aparato militar en el sur” del país, limítrofe con Gaza, destacó el general retirado Yaakov Amidror, consejero de Seguridad Nacional de Israel de 2011 a 2013. Pero más allá del fracaso de los servicios de inteligencia a la hora de detectar este ataque, minuciosamente preparado, la idea que las autoridades de Israel tienen de Hamás es totalmente equivocada, según dice a la prensa este general.

Hemos cometido un error monumental, y me incluyo, al creer que una organización terrorista podía modificar su ADN”, añade Amidror, actualmente investigador en el Instituto de Estrategia y Seguridad de Jerusalén. “Nuestros amigos en todo el mundo nos dijeron que [Hamás] se estaba comportando de manera más responsable, y nosotros fuimos tan estúpidos que nos lo creímos”.

Fracasó política de incentivos económicos

Hamás, considerado por Israel, la UE y Estados Unidos como una organización “terrorista”, controla la Franja de Gaza desde que echó por las armas a su rival Fatah en 2007, dos años después de que Israel se retirara unilateralmente del enclave, donde había colonias judías.

La carta de Hamás, enemigo jurado de Israel, con la que llama a la lucha armada, propugna un Estado islámico en el conjunto de los territorios palestinos. Israel sigue ocupando Cisjordania y Jerusalén oriental, la parte de mayoría palestina de la ciudad santa, anexionada.

Tras la guerra de 2021, y después de varias contiendas con Hamás en las que trató de destruir la infraestructura militar del movimiento palestino, Israel optó por una política de incentivos económicos para garantizar una tregua duradera. Así, aumentó los permisos de trabajo y de comercio acordados a los gazatíes, lo que permitió entrar a unos 18.500 trabajadores en Israel. El desempleo en Gaza es muy elevado, y afecta a la mitad de la población.

Israel consideró que esta política de incentivos económicos podía ayudar a mantener la calma. El primero de octubre, el consejero de Seguridad Nacional de Israel, Tzaji Hanegbi, destacó en ese sentido que Hamás no había disparado cohetes en los dos últimos años. “Hamás está demostrando una gran contención”, y sabe el precio que tendría una escalada, dijo a la radio militar.

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Michael Milshtein, director del Foro de Estadios Palestinos en la Universidad de Tel Aviv, aseguró que declaraciones de este tipo demuestran que “teníamos una idea totalmente equivocada acerca de Hamás”. “Se ha derrumbado la noción de que los incentivos económicos podrían disminuir la motivación de Hamás de cometer actos terroristas, o incluso empujar a la opinión pública [palestina] a oponerse al movimiento” islamista, dijo a AFP.

“Estamos ante una organización ideológica radical. ¿Piensa usted, de verdad, que se puede sublimar su ideología? ¿O cambiarla? Es una equivocación total”, aseveró Milshtein, un oficial de inteligencia retirado. Mientras tanto, recuerda, “se fortalecieron y prepararon la próxima etapa de su guerra”.

“La operación estaba preparada desde hace casi un año. Lo increíble es que, en ese año, Israel siguiera aumentando el número de permisos de trabajo [a los palestinos] y las concesiones”, advierte. “El punto de vista de Israel era que Hamás no quería una escalada”, pese a que el mensaje “estaba claro”. Pero los responsables políticos y militares “no quisieron creerlo”, concluye Milshtein.

Pero esa percepción de la falla en inteligencia no es solo de los especialistas. La sobreviviente al ataque Galia Sopher, una mexicana-israelí que vive en el kibutz (colonia agrícola de producción y consumo comunitarios) Metfalsim, muy cerca de la frontera con la Franja de Gaza, refleja la opinión que tiene la gente del común en Israel.

“Donde vivo es un paraíso terrenal […], es un lugar fabuloso en el que te despiertas escuchando los pajaritos y ves a los pavorreales pasar, y puedes caminar descalzo y ser muy feliz”, dijo inicialmente en el programa ‘La noche’, de NTN24. “Pero en situaciones de escalación [del conflicto] sí es preferible alejarse. ¿Esta vez cómo pasó todo lo que pasó? No sé. Es un fallo muy fuerte de inteligencia, de tecnología… Todavía no se sabe, pero todos aquellos que están en puestos altos en el ejército y en el gobierno van a tener que dar muchas explicaciones. El pueblo está muy dolido, muy enojado. Es un desastre”.

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