“Todos los miembros de la tripulación están sanos y salvos”, añadió la NITC, precisando que las personas a bordo del “Sabiti” estaban tratando de reparar los daños.

“No hay ningún incendio a bordo”, afirmó la compañía pública, desmintiendo la información aparecida en la televisión estatal iraní, según la cual el buque había empezado a arder tras una explosión.

El incidente se produjo en un contexto tenso entre Irán, de un lado, y Arabia Saudí y Estados Unidos, del otro.

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En septiembre, Riad y Washington acusaron a Teherán de estar detrás de los ataques perpetrados contra dos importantes instalaciones petroleras del este de Arabia Saudita, reivindicadas por los rebeldes hutíes de Yemen. Irán desmintió cualquier implicación.

La explosión del viernes ocurrió también después de que Irán aprehendiera varios petroleros en los últimos meses en la región del Golfo, y de que un buque iraní fuera interceptado en julio frente a las costas de Gibraltar (en el extremo sur de la península ibérica).