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El índice de precios al consumidor (IPC) en Estados Unidos registró en agosto un aumento mensual del 0,4%, superando así las expectativas del mercado y duplicando la cifra de julio, según informó el Departamento de Trabajo. En términos anuales, la inflación alcanzó un 2,9%. Paralelamente, las solicitudes semanales de subsidio por desempleo llegaron a 263.000, también por encima de las previsiones. Ambos datos plantean un escenario complejo para la Reserva Federal (Fed) justo antes de su próxima reunión, al exponer la tensión existente entre la inflación y el empleo, dos aspectos fundamentales en la definición de la política monetaria estadounidense.
La inflación subyacente, que excluye los precios de alimentos y energía debido a su alta volatilidad, subió un 0,3% mensual, conforme a lo previsto, y llegó a un 3,1% en el último año. Este nivel permanece por encima del objetivo tradicional de la Fed, que se sitúa en el 2%. De este modo, persisten las preocupaciones sobre las presiones inflacionarias en la estructura económica básica, aun cuando algunos componentes más volátiles pueden experimentar fluctuaciones sin alterar la tendencia general.
El análisis del Bureau of Labor Statistics (BLS) atribuye este comportamiento a factores como los cuellos de botella en la cadena de suministro, la demanda acumulada tras la reapertura pospandemia y las presiones derivadas de tensiones geopolíticas. Además, investigaciones de la Brookings Institution subrayan la diversidad regional y sectorial de la inflación en el país, lo que complica aún más la capacidad de la Fed para tomar decisiones uniformes que beneficien a todos los sectores por igual.
En el ámbito laboral, el aumento de las solicitudes de subsidio por desempleo podría ser indicio de dificultades crecientes en sectores como manufactura y construcción, afectados por el endurecimiento de la política monetaria, según expertos del Center for Economic and Policy Research (CEPR). Para la Fed, este tipo de indicadores son cruciales porque deben calibrar cuidadosamente sus decisiones sobre las tasas de interés en función del balance entre un mercado laboral fuerte y el riesgo de enfriamiento económico.




Janet Yellen, secretaria del Tesoro, ha destacado la delicada posición en la que se encuentra la Reserva Federal: debe controlar la inflación pero sin provocar una recesión. De acuerdo con The Wall Street Journal, hay miembros de la Fed que consideran poner fin a la serie de aumentos en las tasas de interés para 2025, aunque los resultados económicos recientes obligan a una reevaluación de esta estrategia.
La experiencia histórica, como la vivida después de la crisis financiera de 2008, sugiere que la combinación de vigilancia constante de los datos y la flexibilidad serán clave para evitar mayores dificultades económicas. Así, el desafío para la Fed se presenta como un delicado acto de equilibrio entre la contención de la inflación y el mantenimiento de la estabilidad en el empleo, en medio de presiones tanto internas como externas que configuran un panorama incierto para la economía estadounidense.
¿Por qué es relevante el índice de precios al consumidor (IPC) en la política económica de Estados Unidos?
El índice de precios al consumidor (IPC) es uno de los principales indicadores utilizados para medir la evolución del costo de la vida y de la inflación. Su relevancia radica en que los responsables de la política económica, particularmente la Reserva Federal, lo utilizan como referencia para definir las tasas de interés y otras decisiones macroeconómicas. Cambios inesperados en el IPC pueden llevar a la Fed a modificar su estrategia, con implicaciones directas sobre el crédito, el empleo y el crecimiento económico, como se evidencia con los datos recientes publicados por el Departamento de Trabajo y analizados por el Bureau of Labor Statistics.
¿Qué significa inflación subyacente y por qué excluye alimentos y energía?
La inflación subyacente es una medida de la inflación que excluye los precios de alimentos y energía. Estos dos componentes suelen tener alta volatilidad debido a factores externos como el clima o la geopolítica, lo que puede distorsionar las mediciones de la tendencia inflacionaria real. Por ello, los responsables de la política monetaria, como la Reserva Federal, prefieren observar la inflación subyacente para obtener una visión más estable y predecible de la evolución general de los precios, como explican los informes del propio Departamento de Trabajo y las investigaciones de instituciones como Brookings.
* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.
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