Una madre de familia en Florida (Estados Unidos), identificada como Marie Zamor, recibió una llamada de la Policía diciendo que uno de sus hijos, que se encontraba preso, había muerto en la cárcel. Sin embargo, horas después la volvieron a contactar para avisarle que había sido un error y que se encontraba con vida.
Así lo confirmó en una entrevista con el canal estadounidense NBC6, donde explicó la reacción que tuvo al recibir la noticia de que todo había sido una confusión.
“Estoy feliz de que mi hijo no haya muerto, pero al mismo tiempo me pregunto: ¿Por qué me han hecho esto?”, dijo Zamor al medio televisivo.
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El canal informó que el Departamento de Prisiones de Miami-Dade pidió disculpas a la mujer por el error sucedido a finales de junio, pero la familia decidió contratar un abogado para que investigara la irregularidad. Incluso, asegura que la Policía de Miami Dade también le encargó a un investigador independiente adelantar indagaciones sobre la falla presentada.
La mujer afroamericana relató al canal que el capellán de la prisión Metro West de Miami la llamó para comunicarle la muerte de su hijo Vladimir, de 32 años, quien había sido detenido días antes por un delito de agresión del que se había declarado no culpable.
Agregó que, con el dolor que sentía en ese momento, le avisó a toda su familia de lo ocurrido, sin imaginarse que después de dos horas y 23 minutos se enteraría de que Vladimir seguía con vida. “Fue terrible”, contó en la entrevista.
Según Zamor, el capellán le contó que su hijo había empezado a quejarse de un fuerte dolor en el pecho y fue llevado desde la cárcel a un hospital “donde falleció”.
Pero todo cambió en medio de la situación de duelo, luego de que la madre de la aparente víctima recibiera otra llamada del capellán, quien le dijo: “Lo siento, hemos cometido un error. Le dimos información equivocada. Su hijo está en su celda durmiendo”, dijo.
Al enterarse de lo ocurrido, la familia llegó hasta la cárcel para comprobar si efectivamente Vladimir Zamor estaba con vida, pero los funcionarios se negaron a presentarlo. Sin embargo, una hora después Marie y los otros familiares pudieron verlo en persona.
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