Escrito por:  Redacción Mundo
Ago 19, 2025 - 6:48 am

Tres destructores estadounidenses, equipados con sistema Aegis, navegarán en las inmediaciones de las costas de Venezuela en las próximas 36 horas, según han confirmado fuentes oficiales. El USS Gravely, el USS Jason Dunham y el USS Sampson son las naves de la clase Arleigh Burke que realizarán este despliegue, en el marco de un operativo a gran escala planeado para luchar contra organizaciones de narcotráfico en América Latina, consideradas por Washington como amenazas terroristas internacionales.

Este operativo es una prioridad de la administración del presidente Donald Trump, según explicó un funcionario estadounidense en condición de anonimato, cuyo objetivo es frenar el poder de los cárteles mexicanos, venezolanos y otros cárteles de la región. Pero el despliegue militar también busca limitar la migración irregular hacia Estados Unidos y reforzar la seguridad en la frontera sur.

La operación, que implicará la movilización de cerca de 4.000 marines, así como de apoyo aéreo y marítimo adicional, promete expandir y fortificar la estrategia regional contra los carteles de droga, y se realizará en aguas y espacio aéreo internacionales, permitiendo llevar a cabo ataques selectivos si así se determina.

El informe publicado por Reuters señala que este movimiento permitirá incluir a varios aviones espía P-8, buques de guerra y al menos un submarino de ataque. Todo este arsenal, añade, también podría servir como plataforma de lanzamiento de ataques selectivos, si así lo quiere el gobierno en algún momento.

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El régimen de Nicolás Maduro, por su parte, ha ofrecido una respuesta desafiante desde Caracas ante este anuncio. “Venezuela defenderá sus mares, cielos y tierras frente a la amenaza extravagante, estrambótica y estrafalaria de un imperio en decadencia”, afirmó Maduro en una rueda de prensa, sin hacer alusión directa al despliegue naval estadounidense.

Además, señaló su plan de activar un despliegue interno de más de 4,5 millones de milicianos armados a lo largo y ancho del país, como muestra de una movilización masiva para enfrentar a las fuerzas militares estadounidenses y reforzar su postura de resistencia y defensa.

Todo esto ocurre poco después de que Estados Unidos duplicara a 50 millones de dólares la recompensa por información que conduzca a la captura de Nicolás Maduro, dentro de las investigaciones relacionadas con narcotráfico que intensifican más la tensión bilateral.

Pero además, el incremento en la magnitud y sofisticación de la operación estadounidense, que incluye, además de los mencionados destructores, aviones de patrulla marítima y un submarino, marca un nivel de preparación y compromiso inusual. Y aunque la presencia estadounidense en aguas cercanas a Venezuela no es novedad, la dinámica actual denota una escalada militar y estratégica por parte de Estados Unidos.

Así, este despliegue militar frente a las costas venezolanas representa un aumento significativo en la presión contra el narcotráfico en América Latina, mientras que la respuesta venezolana ha buscado fortalecer su aparato militar y discurso nacionalista, en un rechazo y resistencia a lo que considera una amenaza directa contra su soberanía.

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