Phil Merrill, desde su casa en zona rural, ha recibido en el último tiempo llamadas de todas partes, incluso desde Nueva Zelanda e Irlanda, para preguntarle siempre lo mismo: “¿Cómo se deshace de las ratas?”, relata el diario británico The Guardian.

Merrill ha luchado contra estos roedores durante casi 50 años. Alberta, con casi 4 millones de habitantes, de vez en cuando ve una rata ocasional, pero no tiene una población reproductora, explica el medio inglés.

“No tenemos ratas, pero todos siguen trayendo a las malditas… Los chicos vienen de vacaciones de Palm Beach, vienen a casa con su remolque y traen una rata. O el camión de productos que proviene de quién sabe dónde, lo están descargando y salta una rata. Así que en realidad tenemos alrededor de 2 ratas al mes”, detalló Merrill a The Guardian.

En la década de los 70, Alberta lanzó un afanoso plan para mantener a las ratas fuera de la provincia, debido a los posibles daños que estas pudieran generarle al sector agrícola, el segundo más importante de la provincia, indicó el rotativo británico.

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La clave de la estrategia es Phil Merrill y su equipo de 6 trabajadores. Habitualmente peinan la zona en 3,000 sitios de la zona de control, dejando veneno según sea necesario. Además, una red de 150 personas lo ayuda en caso de ver a una rata, indicó The Guardian.

De acuerdo al diario inglés, en 2015 crearon una línea telefónica (310-rats) que le dio a Merrill información de toda la provincia, lo que ha ayudado al éxito de la campaña: “Cuando comencé en los 70, tuvimos alrededor de 50 a 70 infestaciones a lo largo de la frontera por año, ahora lo hemos reducido a uno o dos”, dijo al rotativo británico.

El costo por año de la batalla contra las ratas le cuesta 500 mil dólares canadienses a Alberta, un poco más de 1.200 millones de pesos. Muy poco para los 42 millones de dólares canadienses que podrían perder si no se controlara esta plaga, de acuerdo con un informe de 2004 recogido por The Guardian.