Devi, un elefante asiático de 45 años que era cuidado en el zoológico de San Diego, California, fue sacrificado en las últimas horas debido a problemas de salud propios de su edad. Así fue informado por el zoológico, cuyo equipo dijo estar “desconsolado” por la decisión. Devi, agregó el zoológico, “inspiró a invitados de todo el mundo a entender la importancia de la conservación de los elefantes y deja atrás un notable legado como embajadora de su especie”.
El animal había estado bajo atención veterinaria para aliviar las enfermedades relacionadas con la edad durante un período de tiempo. Desafortunadamente, a pesar de sus terapias, la movilidad de Devi había disminuido. Después de monitorearla de cerca y evaluar las opciones de calidad de vida, los especialistas en cuidado de la vida silvestre tomaron la difícil decisión de hacerle la eutanasia compasiva. Devi había llegado al zoológico en 1977 desde un orfanato de elefantes en Sri Lanka.
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En ese país africano los elefantes se encuentran en amenaza constante, aunque son sagrados, según la cultura y religión. Las autoridades indican que actualmente solo quedan alrededor de 6.000 ejemplares, cuando a inicios del siglo XIX la población se estimaba en unos 14.000 individuos. Devi vivía en el zoológico con Mary y Shaba, otros dos ejemplares de elefantes. El zoológico permitió que ellos se despidieran de Devi.
Se sabe que los elefantes son animales muy sociales. Un equipo de investigadores de la Universidad Estatal de Colorado, el Instituto de Biología Conservadora Smithsonian y el programa Save the Elephants en Kenia publicaron en julio de este año un estudio en la revista Communications Biology que da aún más pistas sobre esto.
Los científicos explicaron que para esta especie se ha demostrado que el vínculo madre-cría es fundamental para el bienestar de las crías, incluso después del destete y hasta la edad adulta: “Los lazos entre los individuos son fuertes; las hembras suelen permanecer con su familia durante toda la vida en grupos centrales matriarcales”.
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