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Este artículo fue curado por pulzo   Oct 3, 2025 - 1:05 pm
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El 7 de octubre de 2025 se cumplen dos años del ataque de Hamás contra Israel –el cual dejó más de 1.200 muertos– y asimismo dos años, 731 días, de la respuesta israelí; sintetizada en centenares de ataques aéreos y terrestres sobre la Franja de Gaza. Los bombardeos han dejado más de 66.000 palestinos muertos y una destrucción sin precedentes: viviendas, escuelas, hospitales, sitios religiosos, museos y zonas cultivables ahora son polvo. Además, la Administración Netanyahu ha fraccionado la Franja por medio de unos corredores que han cambiado por completo su geografía. Entrega especial. 

 

La destrucción de infraestructura esencial en la Franja de Gaza ha sido casi permanente durante estos dos años de guerra.

Miles de viviendas, centenares de edificios residenciales, escuelas y hospitales han sido arrasados bajo las bombas de Israel, en operativos justificados por la Administración de Benjamin Netanyahu bajo el argumento de eliminar a Hamás, el grupo responsable de la matanza del 7 de octubre en suelo israelí.

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La destrucción ha  profundizado la crisis humanitaria para los más de dos millones de habitantes de la Franja de Gaza, continuamente desplazados al vaivén de los operativos militares de Israel.  

El Centro de Satélites de las Naciones Unidas (UNOSAT), que pertenece al Instituto de las Naciones Unidas para la Formación Profesional e Investigaciones (UNITAR), registró desde octubre de 2023 un rápido aumento de los edificios dañados y destruidos dentro de la llamada “zona de amortiguación”.

Según su análisis realizado en julio y publicado en agosto de 2025, se identificaron 102.067 estructuras “destruidas”, 17.421 estructuras “gravemente dañadas”, 41.895 estructuras “moderadamente dañadas” y 31.429 estructuras “posiblemente dañadas”, lo que suma un total de 192.812 estructuras.

Esto corresponde a alrededor del 78% del total de estructuras de la Franja de Gaza, incluidas unas 282.904 viviendas dañadas.

Un sistema sanitario en mínimos 

En términos del sistema de salud, a la escasez de recursos, se suma la destrucción de gran parte de su infraestructura. 

Según un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), publicado el 10 de septiembre, el 94% de los hospitales de Gaza han sido destruidos, “lo que ha provocado una  sobrecarga de los que siguen parcialmente operativos”. 

Según el ente de la ONU, 19 de 36 hospitales en Gaza seguían operativos para mayo, varios de ellos funcionando de forma parcial y con servicios limitados. 

La destrucción de hospitales ha generado un colapso progresivo. Por ejemplo, el Grupo Temático de Salud informó que los hospitales Al-Shifa y Al-Ahli, en la ciudad de Gaza, “están funcionando a casi un 300% por encima de su capacidad”.

Además, el 20 de julio, el almacén principal de la OMS en Deir Al-Balah fue destruido debido a los ataques, agravando aún más la crisis de suministro de materiales esenciales y medicamentos. 

Las unidades médicas están protegidas por el Derecho Internacional Humanitario (DIH). El Protocolo I adicional a las Convenciones de Ginebra resalta que “las unidades médicas serán respetadas y protegidas en todo momento y no serán objeto de ataque”. El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) explica que los hospitales “tienen una protección especial por su función salvadora de vidas”.

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En septiembre, los expertos de una comisión de investigación de la ONU determinaron que Israel está cometiendo un “genocidio” en Gaza “al matar, causar lesiones graves a la integridad física o mental, someter deliberadamente a condiciones de vida que hayan de acarrear la destrucción total o parcial de los palestinos, e imponer medidas destinadas a impedir la natalidad”, cuatro de los cinco actos definidos en la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio de 1948.  

Sobre este último punto, de impedir nacimientos del grupo, la ONU resaltó el caso en marzo del ataque al Centro de Fertilidad Al-Basma, la clínica de fertilidad más grande de Gaza.

Este fue bombardeado en diciembre de 2023 “destruyendo (…) alrededor de 4000 embriones, así como 1.000 muestras de esperma y óvulos no fertilizados”, señalaron. 

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Un 90% de los centros educativos han sido destruidos 

El sistema educativo está entre las víctimas de la ofensiva israelí. 

“En lugar de estudiar en la escuela, nos hemos visto obligados a vivir en ella. Llevamos una maleta en lugar de una mochila escolar”, dijo Diana, una niña de Gaza a un corresponsal de la ONU, en un reporte publicado el 2 de septiembre.

Esta organización estima que el 90% de las escuelas de Gaza fueron destruidas o sufrieron daños graves y parte de ellas se han vuelto un centro para refugiados, como en el caso de Diana.

La Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina (UNRWA) afirmó que unos 660.000 niños de la Franja de Gaza se ven privados de educación debido a la guerra en curso y advirtió de que los niños corren el riesgo de convertirse en una “generación perdida”.

Tierras agrícolas y fuentes de agua arrasadas

En tanto, los daños en tierras agrícolas también aumentaron del 5,36 % en octubre de 2023 al 33,13 % en febrero de 2024, “lo que supone aproximadamente 120 kilómetros cuadrados de algunas de las tierras más fértiles de Gaza y cruciales para la producción local de alimentos”, según informó una comisión de la ONU. 

“También se arrasaron pozos, estaciones de bombeo de aguas residuales y plantas de tratamiento de aguas residuales, así como el vertedero de Sufa (Al-Fukhari)”, agregaron. 

En febrero de 2025, Oxfam identificó que “1.025 millas de redes de agua y saneamiento” han sido destruidas.

La organización apuntó que en las provincias del norte de Gaza y Rafah, que han sufrido la mayor destrucción, “la población dispone de menos del 7 % de los niveles de agua previos al conflicto, lo que aumenta la propagación de enfermedades transmitidas por el agua”.

Las ruinas del patrimonio cultural 

Desde el 7 de octubre de 2023 hasta el 18 de agosto de 2025, se han producido daños en al menos 110 sitios considerados bienes culturales en Gaza, según el último informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).

Según este registro, se trata de 13 sitios religiosos, 77 edificios de interés histórico o artístico, tres almacenes de bienes culturales muebles, nueve monumentos, un museo y siete lugares arqueológicos.

La organización detalla cada uno de los lugares, entre los que enumera se encuentra el cementerio romano del norte de la Franja, de al menos 2.000 años, donde en 2023 se encontraron más de un centenar de tumbas y dos sarcófagos; así como también a la Gran Mezquita Al-Omarí, que era la más grande y antigua del enclave, hoy casi totalmente destruida. 

La Unesco ha aclarado que se trata de una evaluación preliminar de los daños a los bienes culturales ya que consiste en un seguimiento a distancia que se basa imágenes satelitales y en el análisis que brindan por UNOSAT/UNITAR. Este recurso permite sortear las limitaciones que impone la guerra ya que “las evaluaciones sobre el terreno son imposibles en la situación actual”, según la Unesco.

“La campaña militar israelí ha resultado en la destrucción total o parcial de todas las universidades y colegios de Gaza, así como de 11 bibliotecas, incluyendo la Biblioteca Pública de Gaza, que contenía 10.000 libros en árabe, inglés y francés. Al menos ocho editoriales y tipografías han sido destruidas, junto con varias librerías, como la librería Samir Mansour de tres plantas”, informó en septiembre la PEN America, una organizaciones sin fines de lucro que es parte de PEN International, la asociación mundial de escritores, fundada en Londres en 1921 que promueve la libertad de expresión y los derechos humanos.

El informe, publicado el 18 de septiembre, agrega que “otros sitios culturales dañados o destruidos incluyen la Gran Mezquita Omeya del siglo VII, con una biblioteca del siglo XIII, los baños históricos de Hammam al-Samra, mosaicos bizantinos de 1500 años y el Museo Cultural Al-Qarara”.

Entre otros reportes, “analiza el impacto de la guerra en 36 instituciones y lugares de interés cultural, histórico, religioso y educativo, e incluye tres casos de quema deliberada de libros y dos casos de saqueo de artefactos arqueológicos”.

A principios de enero de 2025, el Ministerio de Asuntos Religiosos de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), que gobierna parte de Cisjordania ocupada, aseguró que el Ejército israelí destruyó completamente 815 mezquitas en la Franja de Gaza durante 2024.

Fragmentación del territorio, frontera ampliada y “zonas de seguridad”

Desde que inició su ofensiva terrestre en Gaza a finales de octubre de 2023, Israel amplió su frontera con el enclave palestino, avanzando sobre ese territorio y arrinconando cada vez más a la población local con unas pocas “zonas de seguridad”.

Según indicó la Comisión de Investigación sobre los Territorios Palestinos Ocupados, en su informe publicado el 16 de septiembre, gran parte del territorio palestino está bajo las órdenes de Israel.

En concreto, las operaciones del Ejército israelí comprenderían una extensión de 278 kilómetros cuadrados, esto es, alrededor del 75% de la Franja (que tiene una superficie de unos 360 kilómetros cuadrados). 

En esta gran porción del territorio bajo control israelí está prohibida la residencia y el acceso a civiles palestinos.

Por su parte, según la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU, para julio de 2025, las fuerzas israelíes tenían presencia operativa o habían emitido órdenes de desplazamiento en el 87,8 % del territorio. 

En cuanto a la fragmentación del territorio, la comisión de la ONU pudo constatar que Israel mantiene cinco corredores que cortan en forma perpendicular el territorio.

Hasta el 20 de julio de 2025, Israel había reconocido la existencia de cuatro de estos corredores: Filadelfia, Netzarim, Magen-Oz y Morag. En tanto, la comisión verificó un quinto, que atraviesa la Franja por el norte, a la altura de la ciudad de Jabalia

El corredor Morag, que Israel anunció su control en abril de 2025, lleva como provocativo nombre el de un ex asentamiento israelí que fue evacuado como parte del plan de retirada de 2005. Esta fue una propuesta del entonces primer ministro Ariel Sharon y aprobada en el Parlamento.

Para la creación de dichos corredores, Israel destruyó “de forma sistemática” gran parte de la infraestructura aledaña y “bienes de carácter civil”, informó la comisión, además del “traslado constante y por la fuerza” de la población en repetidas ocasiones. 

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A la fragmentación del territorio se suma el corrimiento de sus fronteras, también llamada “zona de amortiguación”.

“Las fuerzas israelíes han ampliado constantemente la zona de separación entre Israel y la Franja de Gaza”, aseguró la comisión.

En octubre de 2023, esa zona de separación “se extendía unos 300 metros Franja adentro”y luego de nuevos avances en junio de 2024, remarca que para junio de 2025, “la zona de separación llegó a los 181 kilómetros cuadrados, o la mitad de la Franja de Gaza, y absorbía varias zonas urbanas, como Bayt Hanun y Bayt Lahiya, en el norte, y toda la provincia de Rafah, en el sur de Gaza”. 

Para mayo de 2025, los líderes militares israelíes aseguraron que la ampliación de la zona controlada por Israel a aproximadamente el 75% de la Franja de Gaza era un objetivo clave de la Operación Carros de Gedeón, así como el traslado de la población a tres pequeñas zonas. 

Y en septiembre, el Ejército israelí publicó un mapa en el indicaba que los corredores militares y la zona de separación se habían incorporado a una gran zona designada como “zona peligrosa de combate” que abarcaba aproximadamente el 75% de la Franja de Gaza.

“El mapa publicado muestra los números de los barrios en Gaza, con un claro llamamiento a los queridos residentes de Gaza. Por favor, presten atención y examinen cuidadosamente este mapa. Cualquiera que vea el número de barrio en el que viven o se encuentren cerca de él debe seguir y cumplir las instrucciones del Ejército israelí a través de los diversos medios de comunicación”, señalaba un comunicado de ese cuerpo militar publicado en árabe en su página web el 9 de septiembre.

Como parte de los planes de Israel de redibujar el mapa, la comisión de la ONU asegura que las fuerzas de Netanyahu construyeron bases militares en los corredores y reutilizaron infraestructuras civiles, como centros educativos, hospitales y edificios residenciales, mientras que en el corredor de Netzarim “también establecieron infraestructuras críticas de apoyo a las bases, como conductos de agua y sistemas de telecomunicaciones, lo que indica la transformación de la zona en un área militar y administrativa de control a largo plazo”. 

Cumplidos dos años de ofensiva y devastación, las esperanzas de los palestinos siguen concentradas en la terminación de la guerra para, por fin, poder pensar en una ansiada reconstrucción que no se reduce solo a edificios y muros. 

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