El ataúd con los restos mortales de Isabel II fue sacado este martes por ocho portadores de la catedral de Saint Giles de Edimburgo, desde cuyo aeropuerto debe ser trasladado en avión hasta Londres donde permanecerá durante cinco días en una capilla ardiente.

Su cuerpo estuvo varios días en Escocia y allí fue instalada una capilla ardiente, en la que los cuatro hijos de la monarca hicieron una vigilia delante de sus restos. Uno de los aspectos que más ha llamado la atención de las solemnes ceremonias ha sido el material en el que fue hecho el ataúd, donde reposa la reina Isabel II.

De acuerdo con el diario The Times, el féretro fue construido con roble inglés y forrado de plomo. Además, fue fabricado hace más de 30 años y producido para este momento al final de la vida de la monarca británica.

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El citado medio también informó que el ataúd permanecerá cerrado y los visitantes no podrán ver el rostro de la reina, pues estará cubierto con el estandarte y las insignias reales.  

La empresa funeraria londinense Leverton and Sons, encargada de las exequias reales, le dijo al diario británico que no sabían cuándo ni quién fabricó el ataúd que les fue entregado en 1991 cuando empezaron a trabajar como proveedores oficiales de la casa real británica.

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Así será el último día del funeral de Isabel II

El revestimiento de plomo hace que el ataúd sea hermético, ya que se colocará en una cripta y no se enterrará; sin embargo lo hace extremadamente pesado para las personas que lo carguen hasta el sepulcro.

El cuerpo de la reina Isabel II será colocado en un catafalco cubierto de púrpura en el Palacio de Westminster y estará custodiado por guardias. Sobre el féretro se colocarán también dos insignias reales, el cetro y el orbe, un globo terráqueo rematado por una cruz que simboliza el mundo cristiano, según el citado medio.