Con un tono civilizado, pocas interrupciones e incluso cumplidos, el debate de los vicepresidentes ofreció un marcado contraste con el violento enfrentamiento verbal entre el presidente Trump y su rival en la carrera por la Casa Blanca.

El vicepresidente republicano y la senadora demócrata sí se interpelaron en sus intercambios, pero también se agradecieron, se trataron con amabilidad y se escucharon. “Quiero felicitarla, como lo hice por teléfono, por la naturaleza histórica de su nominación”, le dijo Pence a Harris, primera candidata negra a la vicepresidencia de uno de los grandes partidos estadounidenses.

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Harris, que nació en California de padre jamaiquino y madre india, asintió y solo respondió con un “gracias”, pero más adelante volvió a agradecerle luego de que destacara la trayectoria de los candidatos demócratas. “Gracias, señor vicepresidente”, repitió varias veces la exfiscal de California, famosa por su estilo inquisitivo.

El duelo televisado tuvo lugar en Salt Lake City, Utah, y fue el primero y único previsto entre los candidatos a vicepresidente antes de las elecciones del 3 de noviembre. Una firme advertencia por parte de la moderadora Susan Page había establecido una expectativa de cortesía básica entre Pence y Harris:

“Queremos un debate que sea animado. Pero los estadounidenses también merecen una discusión que sea civilizada. Estos son tiempos tumultuosos, pero podemos y tendremos un intercambio respetuoso”, afirmó Page.

El encuentro entre Pence y Harris cobró especial importancia de cara a las elecciones después de que Trump, de 74 años, anunciara su infección de COVID-19.