En 2020, el discurso sobre el Estado de la Unión del entonces presidente Donald Trump estuvo atravesado por la controversia. El proceso de destitución en su contra marcaba el panorama de un país convulsionado por una campaña presidencial que estaría marcada por la brutalidad policial y la pandemia. Incluso, la injerencia rusa en la campaña de 2016 y los vínculos en Ucrania de Hunter Biden, hijo del actual presidente Joe Biden, también traían sobre la mesa a una región actualmente en conflicto.

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Ahora, con una presidencia desgastada tras su primer año en la Casa Blanca y con la invasión de Rusia en Ucrania en cierne, Biden profirió su discurso sobre el Estado de la Unión con el propósito de juntar filas e infundir ánimo en un momento de crisis que podría marcar definitivamente su mandato.

Putin “es un dictador”

Biden se presentó ante senadores, congresistas, miembros de la Corte Suprema y los demás invitados casi una semana después de que Rusia invadiera Ucrania. Con la embajadora de Ucrania en Washington presente, Biden pidió: “Por favor, levántense si pueden y demuestren que sí, nosotros, Estados Unidos, estamos con el pueblo ucraniano“. Fue uno de los momentos en los que logró unificar a demócratas y republicanos durante su intervención de una hora.

La embajadora ucraniana en Estados Unidos, Oksana Markarova, invitada por la primera dama Jill Biden al discurso del Estado de la Unión del presidente Joe Biden. Foto: POOL / Getty Images / AFP

Biden señaló que “a lo largo de nuestra historia hemos aprendido esta lección: cuando los dictadores no pagan el precio de su agresión, provocan más caos“. El mandatario estadounidense se refiere a las largas que Occidente le ha dado a resolver los conflictos territoriales que ha protagonizado Rusia en los últimos años, sobre todo en Georgia, en 2008, y en Crimea, en 2014.

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Una de las banderas de la campaña presidencial de Biden fue devolver el rol protagónico de Estados Unidos en materia internacional, y el mandatario cree que con la crisis en Rusia está cumpliendo su promera. Biden aseguró que Putin “rechazó los esfuerzos diplomáticos. Pensó que Occidente y la Otan no responderían. Y pensó que podía dividirnos internamente. Putin estaba equivocado” y “en la batalla entre la democracia y la autocracia, las democracias están a la altura de las circunstancias y el mundo claramente elige el lado de la paz y la seguridad“.

Sanciones, Putin y oligarcas rusos

Putin ahora está más aislado del mundo que nunca” y “no tiene ni idea de lo que se avecina“, sentenció Biden, al aludir a las sanciones económicas que Estados Unidos y sus aliados han puesto en marcha en los últimos días.

Pero Putin no es el único blanco de Occidente. El demócrata también arremetió contra su entorno, los oligarcas y los “líderes corruptos” que, según dijo, han malversado miles de millones de dólares. Se quedarán sin “sus yates, apartamentos de lujo, aviones privados”, advirtió.

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A pesar de la presión económica sobre Rusia, Biden dejó nuevamente en claro que las fuerzas estadounidenses “no están involucradas y no participarán” en la guerra dentro de Ucrania. Pero Estados Unidos está alerta ante cualquier movimiento de Putin dentro del campo de maniobra de la Otan. Como apunta el corresponsal David E. Sanger en The New York Times, “Biden es uno de los pocos arquitectos del orden possoviético que quedan aún en Washington, y para él, las fronteras de la Otan son más que líneas en un mapa. Son el testamento vivo de lo que pasa cuando el mundo libre puede escoger sus propios aliados“.

Biden también anunció que una treintena de países se han puesto de acuerdo “para liberar 60 millones de barriles de petróleo de las reservas en todo el mundo“, de las cuales Estados Unidos participará con 30 millones para estabilizar el mercado.

Hecho en Estados Unidos“: la guerra comercial con China

Pese a una economía fuerte, la inflación en Estados Unidos bate récords nunca vistos en cuatro décadas.

Mi principal prioridad es controlar los precios“, aseguró en un país en el que los comicios se juegan sobre temas económicos. Estados Unidos está a pocos meses de las elecciones de medio mandato y los republicanos, todavía bajo fuerte influencia de su predecesor Donald Trump, podrían arrebatarle el control del Congreso.

Biden pidió al Congreso aprobar un proyecto para enfrentar la crisis de semiconductores. Los planes del mandatario demócrata incluyen una inversión “histórica” de 20.000 millones de dólares para producir semiconductores en el país, un proyecto que llevaría a cargo Intel. “Es una inversión verdaderamente histórica en Estados Unidos para los trabajadores estadounidenses“, sostuvo Biden, en lo que también supone una importante inversión para generar empleos en el sector de la manufactura.

También hizo referencia a su ambicioso plan de infraestructura, con el que busca modernizar el país con un programa también social. Dentro de su propuesta social, Biden pidió que bajaran los precios de los medicamentos, sobre todo de la insulina, enfatizó en la necesidad de un salario mínimo universal y también pidió un acceso a la salud básico con suficiente amplitud para combatir enfermedades como el cáncer.

En la guerra comercial con China, en la que demócratas y republicanos están alineados, Biden prometió reducir el déficit y tener más productos “hechos en Estados Unidos” para no quedar “a merced de las cadenas de suministro extranjeras“.

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Reforma migratoria, policía, inclusión y pandemia

Y en cuanto a la migración por la frontera sur, por donde llegan cientos de miles de migrantes, muchos de ellos de Centroamérica, llamó al Congreso a aprobar la reforma migratoria “de una vez por todas” porque no solo es lo correcto, sino “lo económicamente inteligente“. Biden ha prometido una política migratoria más humana y la regularización de millones de inmigrantes indocumentados.

El mandatario dijo que su gobierno instaló nueva tecnología para detectar mejor el contrabando de drogas e implementó patrullas conjuntas con México y Guatemala “para atrapar a más traficantes de personas“. También señaló que se destinaron más jueces de inmigración para atender más casos de pedidos de asilo “más rápido“, y que se hicieron acuerdos con “socios en América del Sur y Central para acoger a más refugiados y asegurar sus propias fronteras“.

Por otro lado, Biden aseguró que no se debería desfinanciar a la Policía, como han buscado algunos demócratas progresistas, sino hacer lo contrario para proteger a las comunidades y “restaurar la confianza“. “Todos deberíamos estar de acuerdo: la respuesta no es desfinanciar a la Policía, es financiar a la Policía“, abordando un tema que los republicanos rivales a menudo habían usado para acusar a los demócratas de no ser lo suficientemente fuertes en la lucha contra el crimen.

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El presidente también pidió la defensa de la igualdad de oportunidades para las minorías y la protección de los desvalidos, como los menores transgénero, contra los que en algunos estados conservadores adoptan medidas contrarias a los procesos médicos seguidos por algunos de ellos.

Tampoco eludió temas polémicos como el derecho al aborto, que volvió a defender pese a ser católico practicante.

Finalmente, Biden intentó levantar la moral a los estadounidenses deprimidos por la pandemia. “El covid-19 ya no debería controlar nuestras vidas“, sostuvo ante congresistas sin tapabocas y tras flexibilizarse las medidas sanitarias en la mayoría del país.