Los chilenos decidieron este domingo por una aplastante mayoría del 78,2 % reemplazar su actual constitución, redactada durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), cuando se ha escrutado casi el 87 % de los votos en el histórico plebiscito surgido de las protestas de octubre 2019.

Sobre el órgano que debe escribir el nuevo texto, la otra pregunta que se planteó en la votación, se impone con un 79,24 % la opción de la convención constitucional, que estará integrada solo por ciudadanos electos para ese fin y será paritaria, según los últimos datos ofrecidos, que se presumen irreversibles, informados por el Servicio Electoral de Chile (Servel).

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La opción del rechazo al cambio constitucional recibió un 21,80 % de los votos, mientras que la opción de que la nueva carta magna la elabore una convención mixta formada por parlamentarios y ciudadanos electos obtuvo el 20,76 % de los votos.

Las 155 personas que integrarán la convención ciudadana que redactará la nueva Constitución serán elegidas por votación popular el 11 de abril del año que viene y a partir de entonces tendrán un margen de nueves meses, prorrogables una sola vez por tres meses más, para elaborar el nuevo texto de la nueva carta magna.

El texto resultante será sometido a un nuevo referendo, ya en 2022, que será de voto obligatorio y en el que los ciudadanos decidirán si lo aprueban o rechazan.

“Hoy los chilenos y chilenas han expresado libremente su voluntad a través de las urnas, eligiendo la opción de una convención constituyente, por primera vez con plena igualdad entre hombres y mujeres, para acordar una nueva constitución para Chile”, dijo el presidente del país, Sebastián Piñera, en una intervención pública desde la sede del Gobierno.

Más de 14,7 millones de chilenos fueron llamados a acudir a las urnas en una votación que se celebró en plena pandemia del coronavirus y colmada de restricciones sanitarias y protocolos para evitar posibles rebrotes.

El plebiscito fue fruto de un acuerdo político entre el oficialismo y casi todas las fuerzas de oposición para descomprimir la grave ola de protestas desatadas el año pasado contra la desigualdad y en favor de mejores servicios básicos, que entre masivas manifestaciones pacíficas produjo también episodios de extrema violencia y represión policial, y causó al menos 30 muertos y miles de heridos.

Desde el comienzo de la tarde, la céntrica Plaza Italia de Santiago de Chile se llenó de miles de personas para esperar el resultado del conteo de votos y celebrar desde muy pronto la tendencia que daba la victoria al cambio constitucional, festejos que continúan a estas horas y se reproducen a lo largo de todo el país.