Por: El Espectador

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Este artículo fue curado por pulzo   Nov 9, 2025 - 11:48 pm
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La final del Concurso Internacional de Violín Ciudad de Bogotá demostró la singularidad con la que cada músico puede imprimir su sello personal incluso a las piezas más interpretadas. En la noche del viernes 7 de noviembre, el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo fue el escenario donde Ruifeng Lin, de China; Maria Lundina, de Rusia; y Lucilla Rose Mariotti, de Italia, midieron su talento y arte ante un exigente jurado. Cada uno tuvo la oportunidad de ejecutar, junto a la Filarmónica dirigida por Rubián Zuluaga, dos obras emblemáticas: el Concierto para violín en Re menor de Jean Sibelius y el Concierto para violín en Re mayor, Opus 61, de Ludwig van Beethoven. La evaluación estuvo en manos de un jurado internacional presidido por la maestra canadiense Lucie Robert, acompañada por Birgit Kolar (Austria), Leticia Moreno (España), Lee-Chin Siow (Singapur), y Alexis Cárdenas (Venezuela).

Durante 45 minutos, cada candidato se enfrentó al reto de emocionar y demostrar su dominio técnico y musicalidad en este repertorio clásico. Tras una intensa deliberación, según lo reportado en la información oficial del certamen, Ruifeng Lin se alzó como el ganador, recibiendo un premio mayor de USD 30.000 y la distinción de presentarse como solista con la Filarmónica de Bogotá en la temporada 2026. Maria Lundina obtuvo el segundo puesto, dotado con USD 20.000 y la oportunidad de tocar con la Orquesta Sinfónica Nacional de Colombia el año próximo. El tercer lugar fue para Lucilla Rose Mariotti, quien fue galardonada con USD 10.000 y la posibilidad de ofrecer un concierto en el Teatro Mayor.

En paralelo a la competencia principal, el concurso también reconoció al talento local. Iván Orlín Ariza Chacón recibió un Premio Especial como mejor ejecutante de la obra comisionada Serenata pagana, de la compositora caleña Carolina Noguera. Su interpretación durante las semifinales lo destacó entre otros nueve semifinalistas, otorgándole un reconocimiento de USD 20.000. Los organizadores resaltaron que esta distinción busca integrar el repertorio colombiano a la escena sinfónica mundial y promover la visibilidad de la diversidad creativa nacional.

Según declaraciones de Santiago Trujillo, secretario de Cultura, los cuatro violinistas premiados sobresalieron entre un total de 122 participantes de más de 30 países. Durante nueve días, Bogotá se transformó en el epicentro musical para jóvenes virtuosos del violín, quienes, además de deleitar al público, sirvieron de ejemplo e incentivo a sus pares colombianos. Trujillo también subrayó la importancia del componente formativo del concurso, que permitió a 51 violinistas nacionales acceder a clases magistrales impartidas por los propios concursantes. Gracias a la Fundación Ramírez Moreno, 20 de estos jóvenes talentos recibieron violines elaborados por lutieres, artesanos especializados en la fabricación de instrumentos de cuerda, que han sido formados en escuelas reconocidas internacionalmente, potenciando así el crecimiento del sector musical nacional.

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El concurso no solo resaltó la habilidad y el virtuosismo de los intérpretes, sino que también evidenció la importancia de la colaboración entre instituciones culturales, el respaldo a la creación local y la inversión en la formación de jóvenes músicos en Colombia. La celebración de este certamen reitera el papel fundamental que tiene la música como puente cultural y como motor de inspiración y desarrollo para las nuevas generaciones.

¿Qué es un lutier y por qué es importante en la música?

Muchas personas pueden preguntarse sobre el papel que desempeña un lutier en el ámbito musical. Un lutier es un artesano especializado en la construcción y reparación de instrumentos de cuerda, como violines, violas y violonchelos. De acuerdo con la información mencionada, los lutieres que participaron en el certamen han sido formados en reconocidas escuelas de lutería, lo que garantiza la calidad de los instrumentos donados a los jóvenes violinistas colombianos.

Contar con instrumentos elaborados por manos expertas es relevante porque el sonido y la facilidad de ejecución de un violín dependen directamente de la calidad de su fabricación. Conseguir que jóvenes músicos tengan acceso a violines de alto nivel resulta fundamental para su desarrollo artístico y profesional, impulsando así el crecimiento del talento musical nacional.


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