El pasado viernes, la intérprete de ‘Raise Your Glass’ comunicó a través de Instagram que hace dos semanas ella y su pequeño Jason Moon Hart (3 años) dieron positivo a la prueba del coronavirus, aunque ya superaron lo duro y están sintiéndose bien.
Luego de su ‘post’, en el que también contó que hizo una generosa donación de un millón de dólares, llegó la entrevista en la que detalló algunos síntomas que tuvo y el miedo que sintió al ver a su hijo sufriendo, como ella, de altas fiebres y “asuntos estomacales”.




En la conversación, además, la artista explicó que su hija de 8 años, Willow, trabajó en su gira durante dos años y que por ello recibía un pago: “Le conté que hice una donación al hospital en el que su abuela trabajó durante 18 años, y ella fue y sacó su dinero, lo reunió y le pregunté ‘¿Qué haces?’ Me dijo: ‘Quiero dar mi dinero al hospital también’. Y me dio toda su plata. Ni siquiera se lo pedí. Empecé a llorar, ella se puso brava conmigo, porque al parecer lloro mucho, y estoy tan orgullosa de ella en este momento. Quería compartirlo. Nuestros niños están tan enterados, son tan resilientes e increíbles. Ellos van a sanar al mundo. Estoy muy orgullosa de mis hijos, de todos los niños del mundo”.
Pink parece haber superado el COVID-19, pero su caso no fue fácil, porque ella tenía una enfermedad preexistente: “Estamos mejor que como estábamos. La semana pasada estaba con nebulizadores. Tuve asma. He tenido asma toda la vida. Me asusté mucho, no voy a mentir”, añadió en el en vivo que se puede ver a continuación.
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