
La primera temporada de ‘La casa de los famosos’ dejó momentos cargados de polémica que marcaron a sus participantes y a la audiencia. Uno de los más comentados fue la ruptura entre los actores Nataly Umaña y Alejandro Estrada, quienes pusieron fin a su relación de 12 años en plena transmisión nacional.
La historia se volvió mediática cuando Umaña, aún casada, inició un romance con el cantante panameño Miguel Melfi dentro del ‘reality’. Estrada, al ver lo sucedido, decidió poner punto final a la relación durante la dinámica de Congelados, en lo que se convirtió en uno de los episodios más vistos del programa.
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En su momento, muchos pensaron que se trataba de una estrategia de ‘rating’, pero tras abandonar la competencia, Nataly aclaró que todo fue completamente real.




Casi dos años después, la actriz volvió a hablar sobre aquel episodio en el pódcast ‘Las Inexpertas’, de la emisora Bésame. Allí confesó que atravesó una etapa muy difícil en medio de su divorcio, la cual incluso coincidió con su estancia laboral en México.
“El año pasado fue tan fuerte que con mis coaches trabajamos la abstinencia total de amor. No debía y tampoco quería tener una relación, porque eso contamina el proceso”, relató Umaña.
Con el paso del tiempo y el apoyo de terapias alternativas, la actriz asegura que logró perdonar y sanar heridas profundas. “Empecé a darme cuenta de por qué esa dependencia, por qué esos patrones que repetía, por qué me costaba salir de relaciones cuando tenía que poner límites y no lo hacía”, explicó.
“Yo no estoy diciendo que no estuvo bien, pero fue mi escape. Yo sabía que había mil cámaras, pero si lo hice fue a propósito. Esto está muy mal, pero yo ya venía de una relación demasiado desgastada. Ya lo habíamos hablado muchas veces”
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Hoy, la ibaguereña afirma que esa ruptura, aunque dolorosa, se transformó en una oportunidad de crecimiento. “Para mí no fue un destrozo. Veo todo lo mejor: una Nataly más consciente, madura, sana, que sabe poner límites y elegir. Yo sabía que algo bonito tenía que venir detrás de eso, y ahora lo puedo ver. Soy una persona tranquila y renovada”, expresó.
Finalmente, Umaña subrayó que este proceso le permitió aprender a amar desde la generosidad y con límites claros: “Cuando solucionamos esas heridas, aprendemos a decir que ciertas áreas deben trabajarse o, de lo contrario, dejar la relación de la manera más bonita”.
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