Siguiendo la voluntad del príncipe Felipe, duque de Edimburgo, fallecido el pasado viernes a los 99 años de edad, sus restos se enterrarán en el castillo de Windsor, unos 50 km al oeste de Londres.

Debido a la pandemia solo podrán asistir al funeral 30 personas, en su mayoría familiares cercanos. El primer ministro Boris Johnson, que cedió su lugar, anunció este viernes que verá la ceremonia por televisión desde su residencia de campo en Chequers.

Las exequias, que comenzarán a las 3:00 de la tarde hora local (9:00 de la mañana, hora colombiana, reflejarán la alta consideración que tenían por él los militares, afirmó el general Nick Carter, jefe de las fuerzas armadas.

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La ceremonia será de una “precisión militar y, sobre todo, una celebración de una vida bien vivida“, dijo Carter a la BBC. “También mostrará lo mucho que las fuerzas armadas le querían y respetaban”.

El príncipe Felipe, que había pedido una ceremonia sencilla, pero de marcado estilo militar, sirvió como oficial de Marina en la Segunda Guerra Mundial y mantuvo estrechos lazos con el ejército.

Su féretro no será llevado en coche fúnebre, sino en un Land Rover verde militar diseñado siguiendo las instrucciones aportadas durante años por el duque, que lo dotó de una sección trasera abierta para llevar el ataúd e incluso diseñó los pasadores metálicos que deben impedir que se mueva.

AFP
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El difunto esposo de la reina Isabel II, con quien ella estuvo casada durante 73 años, fue toda su vida aficionado a los Land Rover, a la ingeniería y al diseño.

Los tres ejércitos estarán presentes en el parque de Windsor para recibir el féretro. Y los cornetines de los Grenadier Guards, de los que Felipe fue coronel durante 42 años, encabezarán la procesión hasta la capilla San Jorge donde se celebrará la ceremonia.

Expectativa por relación entre príncipes Harry y William

Esta será la primera aparición pública del príncipe Harry con la realeza desde que él y su esposa Meghan concedieron una explosiva entrevista televisiva en la que acusaron de racismo a algún miembro no identificado de la familia.

El príncipe de 36 años, que sacudió a la realeza británica hace un año cuando la pareja decidió abandonar sus funciones reales e irse a vivir a California, no caminará tras el féretro de su abuelo junto a su hermano Guillermo, de 38 años y segundo en el orden sucesorio al trono.

Entre los dos hermanos, sobre cuyas tensas relaciones ha escrito la prensa británica largo y tendido, se situará su primo Peter Phillips. Puede ser “una excentricidad en la planificación o un intento deliberado de mantenerlos separados”, escribió el viernes el diario The Times.

Y aunque el anuncio alimentó la especulación sobre una persistente disputa entre los hermanos, un portavoz del palacio de Buckingham afirmó al periódico The Sun: “No vamos a entrar en percepciones y dramas. Las disposiciones se acordaron así y representan los deseos de su majestad” la reina”.

Isabel II, que el 21 de abril cumplirá 95 años, llegará en un Bentley oficial junto a una dama de compañía, pero se sentará sola en la capilla.

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El arzobispo de Canterbury, Justin Welby, líder espiritual de los anglicanos, que oficiará la ceremonia, pidió el viernes a los británicos de todas las creencias que apoyen a la reina en este “momento de angustia”.

Ella y todos los invitados deberán llevar mascarillas y mantener las distancias de seguridad contra el coronavirus. Debido a la pandemia se pidió a los británicos que no vayan a Windsor. El funeral se retransmitirá por televisión.

Entre los presentes, además de sus hijos, estarán Camila, esposa del heredero al trono —Carlos, de 72 años—, todos los nietos del duque y sus cónyuges, los hijos de la hermana de la reina -la difunta princesa Margarita- y tres parientes alemanes de Felipe.

También está invitada una amiga íntima del duque, la condesa Mountbatten de Birmania, que compartía con él la pasión por conducir carruajes de carreras.

La BBC, que el día de la muerte de Felipe y parte del siguiente interrumpió todos sus programas para ofrecer una intensa cobertura especial, afirmó el jueves haber recibido casi 110.000 quejas, un número récord, calificándola de excesivo y criticando que se dejase a los telespectadores sin opciones.