Tras conocerse la noticia del deceso de Darío Gómez en Medellín, algunas personas se acercaron a la Clínica de las Américas en actitud de vigilia.

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Sin embargo, lo que en un principio era un plantón lúgubre fue creciendo con el paso de las horas y se convirtió en una muchedumbre cada vez más numerosa.

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El ambiente de pesar también se fue animando. Algunos estacionaron carros donde comenzaron a poner las canciones del ‘Rey del despecho’, entonadas por casi todos los presentes a manera de homenaje y despedida.

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Con la llegada de más personas y más carros, la calle quedó bloqueada, pero las que sonaban más fuertes eran las canciones:

La gente se mantuvo en el sitio incluso hasta la medianoche sin parar de cantar los mejores éxitos de su querido Darío Gómez:

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Eso sí, la canción que más sonó y más hizo que todo mundo cantara al unísono, arrancando lágrimas en más de uno, fue su mayor éxito: ‘Nadie es eterno’.

“Cuando ustedes me estén despidiendo con el último adiós de este mundo, no me lloren que nadie es eterno, nadie vuelve del sueño profundo”, cantaban, con gesto compungido.

“Adiós a los que se quedan, siempre les quise cantar. Suerte y que la gocen mucho, ya no hay tiempo de llorar. No lloren por el que muere, que para siempre se va. Velen por los que se quejen, si los pueden ayudar”, dice también la canción, que pesa más que nunca como su despedida.

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