El internet se volvió a “romper” una vez más por una Kardashian. Esta vez el turno fue para Kourtney Kardashian, quien después de oficializar su matrimonio en una ceremonia muy privada en Santa Bárbara, California, se casó por todo lo alto en Portofino, Italia, con el baterista Travis Barker.

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Todo el clan Kardashian y los hijos de Barker asistieron a la ceremonia que se llevó a cabo en una de las fincas de Domenico Dolce y Stefano Gabbana, quienes estuvieron detrás de la creación del vestido de Kourtney.

Y es que fue todo un acontecimiento este matrimonio: Portofino se paralizó con la llegada de la pareja y sus respectivas familias, pero lo que más dio de qué hablar fue el vestido de matrimonio de Kourtney que estuvo salido de los estándares tradicionales y, más bien, le hizo un guiño al estilo de su marido y confirmó que su clóset cambió.

Kourtney Kardashian decidió lucir un vestido de novia con muchos mensajes alusivos a su amor con Travis Barker y su pasión por la moda. Según le comentó a Vogue este “fue un sueño hecho realidad” porque creó el vestido junto a Stefano y Domenico, y cada detalle fue pensado para la ceremonia y el momento especial que vivieron en Portofino.

 

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Los detalles del vestido

Kourtney vistió un minivestido con corsé de satén y encaje de Dolce & Gabbana de alta moda inspirado en la lencería italiana de los años sesenta y único en su estilo, según indicó la revista que tuvo la exclusiva del evento. El velo fue amplísimo, una cola larga bordada en su totalidad en donde se vio la imagen de la Virgen María, inspirada en los tatuajes religiosos de Barker, y cientos de flores bordadas que le hicieron alusión a los jardines de Portofino.

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El toque final del vestido fueron unos guantes de tul y zapatos de tacón de encaje, además de una frase que dice “respeto y lealtad familiar”, tal y como lo contó Vogue. Travis Barker, por su parte, también usó una especie de smoking negro de la misma firma.

Para completar todo este ‘performance’ religioso, además porque todo el clan usó Dolce & Gabbana, Kourtney caminó por las calles de la ciudad con un mini vestido en azul oscuro que llevaba en el corpiño la imagen de una virgen y lo acompañó con un velo de un estilo muy gótico. En la noche se decantó por un look de la colección de 1998 de la marca en rojo y transparente.