“Nuestros papás son muy mamagallistas, también. Mi mamá nunca nos regañó. Por qué cree que hice a (el personaje de ‘Yo soy Betty, la fea’) Hugo Lombardi”, dijo Julián.
Y cuando su hermano Beto ‘lo echó al agua’ sobre el hecho de ponerse los braseieres de su mamá, Julián lo tomó con mucho humor y dijo: “Yo solía ser talla 34 y ahora soy 36 (talla de sostén).
Además, Julián contó que lo echaron del colegio una vez, cuando un amigo le preguntó si tenía fósforos. Él, pese a que no fumaba, le dijo que sí y le dio los cerillos a su compañero de clase.
Con lo que no contaba Julián era con que su amigo usó los fósforos para prenderles fuego a los pupitres del salón, por lo cual los echaron a ambos: “Me echaron por considerar que yo había sido el autor intelectual”, puntualizó Julián.
De inmediato, su hermano fue rápido en aclarar que ya no eran tan ‘casposos’, y que hacer ese tipo de bromas en esta época acarrearía cárcel.
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