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Desde la tumba del legendario Diomedes Díaz en el cementerio Jardines de Ecce Homo de Valledupar, el actual Rey Vallenato, Iván Zuleta, ha impulsado una notable iniciativa social mediante la donación de 50 acordeones a niños y niñas vulnerables con talento para la música vallenata. Este acto, dado a conocer por el periódico El Pilón, resalta el papel fundamental de la cultura como motor de desarrollo y herramienta de inclusión en Colombia, especialmente en aquellos sectores donde las oportunidades escasean. La entrega de los instrumentos en un escenario tan simbólico trasciende el simple gesto material para convertirse en un mensaje sobre la importancia del legado, la identidad y la esperanza en la región Caribe.
Zuleta, quien recientemente fue coronado Rey Vallenato 2025 durante el Festival Vallenato, explicó que los interesados en recibir un acordeón deben enviar un video tocando el instrumento, junto con sus datos de contacto y lugar de residencia a un número de WhatsApp especialmente habilitado. Más allá de una convocatoria, el artista se comprometió a entregar los instrumentos personalmente en distintos lugares del país, acompañando la formación de los nuevos talentos y motivando así el surgimiento de vocaciones musicales. En palabras del propio Zuleta, recogidas en sus redes sociales y reproducidas por El Pilón, su objetivo es actuar como “un embajador de la cultura”, con la convicción de que “el que empuña un instrumento no empuña un arma”.
El festival y esta donación se inscriben en el marco de las políticas públicas que buscan proteger el vallenato, declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) en 2015. En este contexto, la apuesta por la infancia y la juventud a través de la música se convierte en una estrategia clave para garantizar la transmisión del patrimonio cultural, al tiempo que ofrece alternativas positivas frente a contextos de desigualdad y violencia. Como destaca el Ministerio de Cultura de Colombia (2024), proyectos que involucran formación artística y dotación de instrumentos han mostrado impactos positivos al reducir brechas sociales y promover la cohesión comunitaria.
No menos significativa es la dimensión simbólica del acto. Zuleta eligió la tumba de Diomedes Díaz como punto de partida, subrayando su filiación musical y sentimental con este ícono del folclor vallenato. El gesto no es solo una ofrenda, es también una reconstrucción del lazo intergeneracional: “No existe para mí un lugar más importante en la tierra que la tumba de mi padre musical... aquí hay 50 ilusiones...”, expresó Zuleta en el acto transmitido por sus redes sociales, dotándolo de una dimensión ritual cargada de memoria y esperanza para quienes sueñan con transformar sus vidas a través de la música.




La donación de estos 50 acordeones se produjo gracias a una articulación entre el propio Zuleta, el Festival Vallenato, empresas privadas, casas disqueras y dirigentes políticos locales, de acuerdo a informes de El Pilón. Este trabajo colaborativo evidencia que el impulso de la cultura no solo depende de voluntades individuales, sino que requiere la suma de esfuerzos multisectoriales interesados en fortalecer el tejido social. Además, investigaciones de la Universidad del Norte de Colombia han subrayado cómo la participación en actividades artísticas puede reducir comportamientos de riesgo y fomentar el sentido de pertenencia entre jóvenes de entornos difíciles.
De esta forma, el compromiso de Iván Zuleta se presenta como un modelo inspirador que revaloriza el papel de los artistas como agentes activos en los procesos sociales y culturales, mostrando que la música y la tradición vallenata pueden ser vehículo de transformación, memoria y futuro para las nuevas generaciones.
Preguntas frecuentes relacionadas
¿Por qué el vallenato es considerado un Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad?La decisión de la UNESCO de declarar el vallenato como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad en 2015 se basa en la relevancia de este género como expresión de la identidad y la memoria colectiva de la región Caribe de Colombia. El vallenato se caracteriza por su valor narrativo, la riqueza de sus letras y el uso de instrumentos como el acordeón, la caja y la guacharaca. Esta declaración busca proteger las tradiciones en riesgo de desaparición, asegurando su transmisión intergeneracional y promoviendo su valorización tanto a nivel nacional como internacional. Mantener vivas estas prácticas es esencial para preservar la diversidad cultural del país.
¿Cuáles son los principales retos para financiar y sostener proyectos culturales en comunidades vulnerables?El financiamiento de proyectos culturales en sectores vulnerables enfrenta obstáculos como la limitada asignación de recursos públicos, la falta de articulación entre actores del sector privado y los cambios en prioridades gubernamentales. Además, existe el desafío de asegurar la sostenibilidad a largo plazo, que no puede depender únicamente de iniciativas esporádicas o personales. Abordar estos retos exige políticas estables, incentivos fiscales para el sector privado y estrategias que integren la participación comunitaria. Así, proyectos como el de Iván Zuleta demuestran el potencial transformador de la cultura, pero también subrayan la necesidad de institucionalizar y expandir este tipo de esfuerzos para beneficio de más comunidades.
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