“El contador que yo tenía, invirtió una plata que yo le di para pagar mis impuestos en esa cadena de DMG”, inicia el relato de Ángel al programa de chismes.

Aunque el dinero era importante, la pérdida no fue lo único doloroso: “Fue una decepción muy grande, la verdad, porque uno nunca espera que las personas de confianza lo roben. Porque, además, el contador de uno es la persona que te maneja tus finanzas, que te dice qué es lo que hay que hacer […] Fue terrible, después me tuvo que confesar que había invertido mi plata, que se la habían robado… sí fue un momento muy triste”.

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Aunque no especificó cuándo sucedió el hecho ni la suma, aseguró que el contador “invirtió ahí sus buenos milloncitos en DMG… que ni sacó él, ni saque yo ¡ni sacó nadie (risas)”.

El lío con la persona que trabajaba para ella se arregló finalmente “por las buenas y le tocó trabajar gratis durante mucho tiempo mientras me pagó mi deuda”.