
En un entorno marcado por despidos masivos en las grandes empresas tecnológicas, Apple sigue destacándose no solo por su resistencia económica, sino también por su enfoque único en la selección de talentos.
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Según un artículo publicado en la revista empresarial INC, el gigante tecnológico emplea tres pruebas no convencionales para evaluar a sus candidatos, un proceso diseñado para desarmar expectativas y revelar el verdadero potencial de cada aspirante.

1. La evaluación social: todo comienza antes de la entrevista
En Apple, el proceso de evaluación empieza antes de que los candidatos siquiera se den cuenta de que están siendo observados. En la llamada inicial, los responsables de recursos humanos lanzan preguntas aparentemente casuales, como “¿qué tal tu día hoy?” o “¿tuviste algún problema para llegar?”.
Lejos de ser simples rompehielos, estas preguntas tienen un propósito específico: evaluar detalles sutiles, como la comodidad al responder, el tono, la rapidez de reacción y hasta la capacidad de manejar lo inesperado. La clave está en observar si el candidato mantiene un equilibrio entre confianza y cordialidad, y si responde de manera auténtica o recurre a clichés.
2. Preguntas en abierto: la prueba grupal
La segunda prueba lleva a los aspirantes a un entorno de grupo donde se fomenta una dinámica de lluvia de ideas. Sin un orden preestablecido, los candidatos son invitados a participar y aportar sus opiniones sobre problemas o escenarios hipotéticos planteados por el entrevistador.
Este ejercicio no busca premiar las ideas más brillantes, sino evaluar la capacidad de colaboración, comunicación y liderazgo. Los especialistas de Apple analizan cómo cada persona interactúa con los demás: ¿escucha con atención?, ¿reconoce las ideas ajenas?, ¿sabe articular sus propios pensamientos de manera clara? La capacidad de trabajar en equipo y contribuir al éxito colectivo es más importante que sobresalir individualmente.
3. La evolución social: el cierre de la entrevista
La última prueba consiste en observar cómo evoluciona la actitud del candidato a lo largo del proceso. A partir de la información obtenida en las dos primeras etapas, los evaluadores analizan cómo el aspirante maneja la presión y se posiciona frente a otros.
Este es el momento de comprobar si el candidato mantiene una actitud colaborativa o si, por el contrario, intenta destacar desacreditando a los demás. En Apple, el ajuste cultural es tan importante como las habilidades técnicas: el objetivo no es solo llenar un puesto, sino encontrar a alguien que encaje en el equipo y contribuya a su armonía y productividad.




Trabajo en Apple: cómo selecciona a sus empleados
Estas tres pruebas, aunque puedan parecer sencillas, están diseñadas para desvelar las cualidades más importantes en un entorno de alta exigencia: autenticidad, adaptabilidad y espíritu de equipo.
Mientras otras compañías se centran en hojas de vidas y habilidades técnicas, Apple va un paso más allá, evaluando aquello que muchas veces pasa desapercibido.
Y tal vez esa sea la clave de su éxito: no buscan simplemente contratar talentos, sino construir equipos que representen su filosofía y contribuyan a su visión a largo plazo.
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