El candidato Gustavo Petro se ha ganado una importante cantidad de titulares en medios de comunicación por sus propuestas para llegar a la Casa de Nariño. Unas llamativas, otras muy arriesgadas y otras de complejísima ejecución; estas son algunas que, según La Silla Vacía, han carecido de discusión y resultan llamativas.

Además de temas como la reforma a la salud, la pensional, o el freno a la industria petrolera, el líder del Pacto Histórico incluyó en su programa diversos planteamientos que podrían generar debate si se les presta la suficiente atención.

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Una de esas propuestas llamativas es darle empleo a todo el que lo pida. De acuerdo con el medio anteriormente mencionado, Petro le apunta a que el Estado implemente un programa que proporcione empleo con un salario básico para quienes no encuentran trabajo. Sin embargo, no sería una estrategia de emergencia, sino un complemento permanente del empleo del sector privado.

Según La Silla, esta propuesta sería el sustituto de la renta básica. Pero excedería los brazos del Estado, ya que según datos del Dane, para enero de 2022 había 3,5 millones de personas desempleadas, cuando la cifra de servidores públicos en Colombia es de 1,3 millones. 

“Los costos para el Estado de sostener este programa, si se les pagara un salario mínimo sin prestaciones a los 3,5 millones de desempleados (el programa habla de “salario básico”) serían de 42,6 billones de pesos al año. Esto es 2,5 veces los subsidios de emergencia que el Gobierno entregó en el primer año de la pandemia para los más pobres”, reseñan.

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Otra de las propuestas que analizó La Silla tiene que ver con su reforma tributaria, que le cobraría más a los dividendos y las ganancias ocasionales. Aunque en un principio dijo que le subiría los impuestos a los 4.000 más ricos, lo que realmente plantea es “cobrar más a los accionistas de empresas subiendo el impuesto a los dividendos” (el dinero de las utilidades de las empresas que reparten a sus accionistas) pasando del 10 % a tarifas progresivas del 0 hasta el 39 %. 

Asimismo, le apunta a obligar a las empresas a repartir al menos el 70 % de sus utilidades como dividendopara así poder cobrarles a los accionistas que las reciban. El problema es que algunos empresarios no reparten sus utilidades para guardarlas para hacer inversiones y crecer.

“Seguramente sería demandada ante la Corte Constitucional por intervenir en decisiones que estarían protegidas por la libre empresa”, señaló el medio. 

Además, propone subir el impuesto a las ganancias ocasionales, como vender la vivienda en la que se vive o ganar la lotería. Ya no sería siempre del 10 % sino, como el impuesto a los dividendos, iría subiendo hasta el 39 %.