Diciembre es un mes en el que la alegría y el jolgorio se toman los hogares de Colombia, pero para muchos también representa la preocupación por los incrementos que se avecinan y son inevitables.
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Aquellas personas que viven en las áreas cercanas a Bogotá se alarmaron con el aumento de los peajes para entrar a la capital, que subirían de precio apenas iniciando enero.
A eso, hay que sumarle la preocupación para miles de personas que viven en poblaciones como Chía, Mosquera, Facatativá y Funza, entre otras poblaciones, y que recibirían el próximo año con el incremento del precio del pasaje intermunicipal hacia Bogotá.
La Cámara Intergremial del Transporte informó que le entregó al Gobierno una propuesta técnica que ayude a controlar el precio del ACPM. La advertencia de ese gremio fue que de no lograr ese objetivo, los pasajeros que viajan todos los días a la capital terminarían pagando las consecuencias:
“El valor del pasaje de transporte intermunicipal y los fletes de transporte de carga y mercancías aumentarían un 30%”, afirmó la cámara intergremial.
Con esa medida, los ciudadanos afectados tendrían que pagar de su bolsillo el incremento durante las primeras semanas de enero.
Esa subida de precio de los pasajes en los buses intermunicipales iría de la mano con los incrementos en el precio de la gasolina propuesto por el Gobierno de Gustavo Petro y en el que, según el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, llegarían a valores cercanos a los 16.000 pesos y que también se verían reflejados en un alza del galón de ACPM.
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