En la segunda reunión de la comisión para la reforma pensional, las centrales obreras, los gremios, el Gobierno Nacional, académicos de la Universidad Nacional y representantes de los jubilados discutieron sobre la transición demográfica y si es necesario aumentar la edad de jubilación en el país (actualmente de 57 años para las mujeres y 62 para los hombres).

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La primera intervención estuvo a cargo de la directora del Dane, Piedad Urdinola, que mostró una actualización de las proyecciones demográficas y aseguró que el envejecimiento de la población “llegará más rápido de lo que creíamos antes de la pandemia”.

Asofondos explica por qué podría subir la edad de pensión en Colombia

El presidente de Asofondos, Santiago Montenegro, se refirió a las implicaciones del envejecimiento poblacional sobre los sistemas de pensiones, especialmente en el modelo de Colpensiones (que sería el predominante), por lo que aprovechó para cuestionarlo.

Dicho punto adquiere particular relevancia porque una de los grandes modificaciones que incluye la reforma es que algunos trabajadores que cotizan su pensión en fondos privados deberán hacerlo obligatoriamente en el fondo público. Es decir, los fondos privados se quedarían con menos afiliados.

Montenegro explicó que “la drástica transición demográfica reduce los recursos de financiamiento e incrementa los costos de un creciente número de pensionados y por ello, los sistemas de reparto puro [como el que hoy administra Colpensiones] se ven obligados a reducir los beneficios”.

Según el directivo, ello implicará subir la edad de pensión, reducir la pensión máxima y aumentar los aportes o aumentar el monto de las cotizaciones, como se ha visto en otros países.

Montenegro mostró que hacia 1950 había más de 11 trabajadores activos por cada adulto mayor de 65 años; hoy hay solo cuatro; a mediados de siglo habrá solo dos y hacia finales del siglo XXI solo habrá 1.  Y señaló que lo más grave es que, por causa de la informalidad, hoy día ya solo hay dos trabajadores formales por cada adulto mayor.

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A su juicio, lo que hace aún más insostenible los sistemas de reparto es que dicha cifra continuará reduciéndose por los procesos de robotización y digitalización de la sociedad.

Montenegro afirmó que, si bien los sistemas de ahorro también se ven afectados por el envejecimiento, en estos el dinero crece en el tiempo“permitiendo que la reducción de beneficios sea significativamente menor”. Y concluyó: “la única forma es cuidar y crecer los ahorros para que se puedan pagar más y mejores pensiones”, como está sucediendo en muchos países del mundo, incluyendo a Holanda y a China.