
La reforma laboral impulsada por el Gobierno de Gustavo Petro y aprobada por el Congreso ha generado preocupación en diversos sectores empresariales por el alza en los costos laborales.
Entre los cambios más significativos están el aumento progresivo de los recargos dominicales y festivos hasta el 100 % en 2027, el pago del recargo nocturno desde las 7:00 p. m., y la reducción gradual de la jornada laboral de 48 a 42 horas semanales.
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Esto ha llevado a que empresas, especialmente en sectores como vigilancia, comercio y servicios temporales, busquen estrategias para mitigar el impacto financiero, detalló El Tiempo.




Algunas alternativas incluyen la automatización de procesos, el recorte de personal, el ajuste de turnos y la migración hacia esquemas laborales más flexibles, añadió ese diario.
Encuestas muestran que un porcentaje importante de empresas considera reemplazar trabajadores por tecnología, reducir contratación de aprendices o limitar los turnos nocturnos.
En el sector de la vigilancia, se anticipa un aumento en las tarifas y una posible pérdida de hasta 18.000 empleos, lo que podría trasladarse al costo final para los consumidores.
La situación se agrava por la desaceleración del empleo formal y el crecimiento del trabajo informal, lo que genera incertidumbre sobre el impacto real de la reforma en la sostenibilidad empresarial y laboral del país.
En qué consiste la reforma laboral de Gustavo Petro
La reforma laboral implementada por el gobierno de Gustavo Petro en Colombia tiene como propósito central mejorar las condiciones laborales de los trabajadores formales, reducir la informalidad y garantizar derechos fundamentales en el ámbito del trabajo. Esta iniciativa fue aprobada por el Congreso y contempla una serie de cambios estructurales que modifican significativamente las normas existentes en cuanto a jornadas, recargos, contratación y condiciones laborales generales.
Uno de los puntos más destacados de la reforma es la modificación de la jornada diurna y nocturna: anteriormente, la jornada diurna se extendía hasta las 9:00 p. m., pero con la reforma esta finaliza a las 7:00 p. m., lo que implica que el recargo nocturno se empieza a pagar dos horas antes. Este cambio tiene implicaciones directas en los costos laborales, especialmente para sectores que operan en turnos extendidos o 24/7, como vigilancia, comercio y salud.
Otro aspecto clave es el incremento progresivo en los recargos dominicales y festivos, que pasará del 80 % al 100 % en julio de 2027. Este aumento responde al objetivo de reconocer y compensar adecuadamente el trabajo en días de descanso obligatorio, pero también representa una presión adicional sobre los presupuestos de las empresas, especialmente aquellas que dependen de operaciones continuas los fines de semana.
La reforma también reduce la jornada laboral de 48 a 42 horas semanales, de manera gradual, lo que busca mejorar el equilibrio entre la vida laboral y personal de los empleados. Sin embargo, esto obliga a las empresas a reorganizar sus turnos o contratar más personal para cumplir con sus operaciones, elevando los costos operativos y administrativos.
Además de estos cambios, la reforma promueve la contratación a término indefinido como regla general, restringiendo el uso de contratos temporales o de prestación de servicios, que han sido ampliamente utilizados en Colombia para reducir cargas laborales.
Esta medida busca fomentar la estabilidad laboral y el acceso a prestaciones sociales, pero genera inquietud en sectores como el de servicios temporales y el comercio, que dependen de cierta flexibilidad en su fuerza laboral. Finalmente, se contemplan mayores garantías para los sindicatos, nuevas formas de inspección laboral más estrictas y medidas para fortalecer la negociación colectiva.
En conjunto, la reforma representa un giro hacia una mayor protección del trabajador, pero su implementación ha generado preocupación por el impacto económico que puede tener sobre la competitividad, el empleo formal y la viabilidad financiera de muchas empresas, especialmente en un contexto de desaceleración económica y alto índice de informalidad laboral.
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