Desde la reunión que tuvo este miércoles con los alcaldes de las ciudades capitales del país, el presidente Gustavo Petro salió en defensa del impuesto a las bebidas azucaradas que propone su reforma tributaria. Se trata de uno de los gravámenes que más polémia ha desatado desde que se conoció el proyecto con el que el Gobierno pretendo recolectar unos 26 billones de pesos.

Quienes están a favor, sostienen que ese impuesto es necesario para desincentivar el consumo de esas bebidas, lo que tendría efectos positivos en la salud pública. Sin embargo, los que se oponen creen que con este se afecta a las familias más pobres que en muchas regiones del país consumen esos productos por su bajo precio o porque no tienen agua potable. (Vea también: Reforma tributaria de Petro pegaría hasta en el aseo; el jabón subiría como espuma)

Petro se pronunció al respecto y se mostró convencido de que el principal objetivo del mencionado impuesto es que los colombianos dejen de tomar bebidas azucaradas. El presidente no se complicó al momento de sentar su posesión y reconoció que el Gobierno ni siquiera busca dinero a través de ese impuesto, sino que cada vez se consuman menos esos productos en el país. (Le puede interesar: Chocoramo, Pony Malta, papas y otros productos: ¿cuánto costarán pronto en Colombia?)

“No es para recaudar recaudar plata, es para que la gente no tome tanta gaseosa”, sentenció el presidente. De igual manera, el mandatario agregó que, en caso de que ese impuesto tenga los efectos deseados, en un futuro el sistema de salud también estará agradecido, porque serían menos los pacientes con diabetes u otras enfermedades relacionados con el alto consumo de azúcar.

“Un porcentaje se enferma de diabetes. ¿Y quién paga la enfermedad? Las EPS, la sociedad. ¿Cuánto vale sostener vivas a las personas con diabetes?”, argumentó Petro.

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Por último, el presidente defendió su tributaria y dijo que lo único que pretendía con ella es que las personas más adineradas paguen más impuestos, para que con ese dinero recaudado se mejore la calidad de vida de los más necesitados.

“Si somos una de las sociedades más desiguales del mundo, pues es obvio que en la capa superior hay que hacer un esfuerzo para disminuir las distancias. Esa es la reforma tributaria”, concluyó el presidente.