El proyecto de ley planteado por el presidente Gustavo Petro y su gabinete fija nuevos impuestos al patrimonio, a las bebidas azucaradas y los productos ultraprocesados como embutidos, además de las herencias y ganancias ocasionales, como por ejemplo los premios de lotería.

Precisamente, sobre este tema en específico hubo gran revuelo sobre todo de los sectores empresariales que se dedican a la producción con el azúcar y le pidieron al Gobierno Nacional revisar ese tema, pues consideran que es un claro ataque a sus finanzas. 

Lo que busca el impuesto es desincentivar el consumo de este tipo de alimentos y reducir los gastos del sistema de salud asociados a la incidencia de enfermedades de este tipo.

Uno de los argumentos en contra de esta iniciativa tiene que ver con los impuestos regresivos, que son aquellos que se cobran a todos por igual, sin tener en cuenta el patrimonio o los ingresos de los ciudadanos o las empresas.

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Su carácter regresivo se debe a que se traducen en una mayor carga impositiva para quienes tienen un nivel económico más bajo. Pese a que la Constitución Política de Colombia ordena la progresividad en materia tributaria, alrededor del 50 % de los impuestos que se pagan actualmente en el país son regresivos.  

Al respecto, el ministro de Hacienda José Antonio Ocampo aceptó desde Cartagena en el congreso de la Andi que le echarán una mirada a ese aspecto, luego del revuelo que ha despertado el anuncio de la medida: “Ese tema del impuesto de la salud pública estamos considerándolo. No hemos tomado ninguna decisión, estamos discutiendo eso con el sector de alimentos y bebidas azucaradas”, dijo en declaraciones recogidas por Caracol Radio.