Los delincuentes informáticos siempre buscan nuevas maneras de aprovechar los avances tecnológicos para sus fines malintencionados.
Recientemente, en Arizona, una madre recibió una llamada de un número desconocido y escuchó la voz de su hija llorando y pidiendo ayuda.

La llamada resultó ser una suplantación de voz, llevada a cabo mediante tecnología de clonación de voz. El secuestrador amenazó con drogar y abandonar a la hija en México si no se le entregaba dinero a cambio de su liberación.

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Los expertos afirman que esta tecnología sólo requeriría tres segundos de la voz de una persona para poder replicarla de forma creíble. La capacidad de imitar no sólo las voces, sino también las emociones, ha impresionado a muchos usuarios. Es importante destacar que, a pesar de que la hija no tenía una cuenta pública que ofreciera muestras de su voz, el secuestrador pudo simularla con precisión.

“La madre Jennifer DeStefano, angustiada, recordó el escalofriante incidente y afirmó sin dudar ni por un segundo que la persona en cuestión era ella. “Esta es la parte extraña que realmente me afectó profundamente”, expresó a WKYT.”

Esa simple decisión pondría su vida patas arriba: “Descuelgo el teléfono y oigo la voz de mi hija, que dice: ‘¡Mamá!’, y está sollozando”, describe la petrificada progenitora. “Le pregunté: ‘¿Qué ha pasado? Y ella me dijo: ‘Mamá, la he cagado’, y sollozaba y lloraba”.

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Afortunadamente, la madre actuó con rapidez y llamó a la policía, quienes confirmaron que su hija estaba a salvo antes de concertar la entrega de algún rescate.

En estos casos, se recomienda hacer preguntas que descarten cualquier suplantación y contactar a la persona en cuestión utilizando su número habitual. La tecnología de la inteligencia artificial ha llegado para quedarse, y es importante tener en cuenta que ya no podemos fiarnos de lo que vemos o escuchamos sin tomar las medidas de precaución necesarias.

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Esta bomba llega en medio de un aumento en los esquemas de “suplantación de identidad de llamadas”, en los que los estafadores afirman que han tomado como rehén a un pariente del destinatario y lo dañarán si no se les paga una cantidad específica de dinero.