Se trata de Chick-fil-A, una cadena de restaurantes especializada en pollo frito y comida rápida, que desde hace un tiempo puso un funcionamiento un nuevo método de horarios para sus empleados, explicó la revista QSR.

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El operador de la empresa, Justin Lindsey, le dijo al medio que estaba feliz por los resultados que estaba teniendo su tienda en Miami, pero que se dio cuenta que sus colaboradores trabajan “70 horas a la semana, semana tras semana” y hasta sacrificando sus propias vacaciones. 

A Lindsey se le ocurrió entonces crear turnos de tres días a la semana, de 14 horas laborales. Creó dos grupos, indicó a QSR, en el que los empleados se podían inscribir para escoger su horario.

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Eso hizo que, según el operador, los trabajadores hicieran su labor con más eficiencia y se eliminara la “puerta giratoria”, que causaba que el líder que ingresaba a su turno no estuviera empapado de la producción que se venía haciendo en el día.

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Lo mejor de todo es que los buenos resultados, en ventas y ganancias, se mantuvieron y además ha hecho que muchas personas (más de 400) presenten solicitudes para trabajar ahí.