Croydon, la tradicional marca de calzado colombiana, celebró recientemente la apertura de su tienda número 100 en el Centro Comercial Plaza Central de Bogotá, marcando un hito en su proceso de expansión nacional e internacional.
Durante 2025, la compañía ha invertido entre $ 2.500 y $ 3.000 millones para abrir más de 13 nuevos locales, generando unos 550 empleos directos e indirectos y proyectando cerrar el año con 105 tiendas en más de 30 ciudades del país.
Su CEO, Juan Carlos Restrepo, dijo a La República que la meta de Croydon es seguir creciendo en Colombia, especialmente en ciudades secundarias, y fortalecer su cercanía con los consumidores.
Además, la marca está apostando por el comercio electrónico, canal que representa entre 4 % y 5 % de sus ventas, con el lanzamiento de su plataforma Next Steps, desde la cual planea expandirse hacia Ecuador, Panamá y Perú.
Croydon busca atraer a un público más joven, entre 25 y 40 años, con el lanzamiento de 500 nuevos estilos de calzado, sin dejar de lado su sello de calidad y durabilidad, añadió ese medio.
Su enfoque sigue siendo ofrecer productos resistentes y nacionales, manteniendo la fidelidad de generaciones que han crecido con el lema “Croydon, los originales”.
Por qué es bueno que empresas colombianas vendan al exterior
Que las empresas colombianas vendan al exterior es positivo porque impulsa el crecimiento económico del país y fortalece su competitividad.
Al exportar, las compañías amplían sus mercados más allá del consumo interno, lo que les permite aumentar sus ingresos, generar empleo y atraer inversión.
Además, al enfrentarse a estándares internacionales, mejoran sus procesos productivos, su calidad y su capacidad de innovación, lo que las hace más sólidas y sostenibles.
Las exportaciones también diversifican la economía, reduciendo la dependencia de sectores tradicionales como el petróleo o el café, e impulsando industrias con alto valor agregado, como el agroindustrial, textil, tecnológico o manufacturero.
De esta manera, el país se vuelve menos vulnerable ante crisis internas o fluctuaciones en los precios de materias primas. Otro beneficio clave es la entrada de divisas, que fortalece la balanza comercial y el valor del peso colombiano.
Asimismo, al posicionar productos nacionales en nuevos mercados, Colombia mejora su imagen y reputación internacional, proyectándose como un país productor de bienes de calidad.
En resumen, vender al exterior no solo beneficia a las empresas, sino también a la economía y al desarrollo social del país, al crear oportunidades y promover la innovación y la productividad.
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