Los altos costos de arrendamientos les dieron la estocada final a varios restaurantes del país y a algunos los tiene en la cuerda floja; muchos de ellos, aunque le han pedido en múltiples ocasiones al presidente Iván Duque que los deje abrir bajo estrictas medidas de bioseguridad para prevenir contagios, siguen a la espera de esa luz verde mientras sus negocios se hunden en deudas.

‘Balzac’, el restaurante francés del reconocido chef Harry Sasson, tuvo que cerrar sus puertas después de varios meses de restricciones y domicilios que “no alcanzaban ni para suplir el 15 % de las ventas”. Su dueño, en medio de lágrimas, dijo en que aunque “dolorosa”, es una decisión que era inevitable en medio de la crisis.

“Hoy es Balzac y mañana, de seguro, vendrán más. Es la catástrofe detrás de la pandemia. En los próximos meses veremos cerrar restaurantes sin piedad”, indicó Sasson.

Los restaurantes del chef Jorge Rausch, recordado por los colombianos por su participación como jurado en el programa Master Chef, de RCN, también están a punto de colapsar en medio de la pandemia; de hecho, hace unos días anunció el despido del 90 % de sus empleados por las bajas ventas y la falta de recursos para cubrir nómina y obligaciones a la vez.

“Es un tema que a mí me tiene el corazón roto, estamos muy tristes. Estamos tratando de ver cómo vamos creciendo con cosas distintas para ir pudiendo emplear a la gente. Con la situación que vivimos es muy complicado emplear”, indicó el famoso chef, que también se le fue encima al presidente Iván Duque argumentando que a punta de domicilios no se pueden pagar millonarios arriendos.

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El icónico Andrés Carne de Res también está pasando por una de sus peores crisis por culpa de la pandemia de la COVID-19; según Andrés Jaramillo, dueño de la cadena de restaurantes, las deudas acumuladas de la empresa con los bancos superan los 100.000 millones de pesos, por lo que ha pensado en donar parte de sus acciones con el fin de crear un fondo que permita que algunos de sus empleados se conviertan en socios.

“Que ellos (los empleados) se conviertan como en estandartes, que lleven ese fuego, que todos seamos multiplicadores de una energía particular. Yo creo que ahí está la salvación de Andrés Carne de Res”, indicó Jaramillo hace unas semanas.

Los amantes del rock también tuvieron una baja por estos días con el cierre en Bogotá de Hard Rock Café, una de las cadenas de restaurantes más famosas del mundo; según Alberto Muñoz, gerente de la franquicia en la capital, no es viable renovar el contrato con la marca por las circunstancias económicas actuales.

“No tenemos mecanismos económicos ni comerciales para continuar una operación donde hay tanta incertidumbre y no solo desde los restaurantes, sino también desde el comercio y bares”, afirmó Muñoz hace varios días cuando anunció que el Hard Rock Café Bogotá funcionará hasta el próximo 30 de junio.

Otro icónico restaurante que también tuvo que cerrar sus puertas (temporalmente) por el coletazo económico y la imposibilidad de cubrir gastos en medio de la pandemia es La Puerta Falsa; con más de 200 años de tradición en el centro de Bogotá, Carlos Sabogal, dueño del restaurante, destacó que solo la nómina le costaba 19 millones de pesos, por lo que tuvo que despedir a sus empleados hasta nuevo aviso ya que los domicilios no eran una opción para él.

“Si yo compro 10 tamales y solo vendo uno en domicilio, al siguiente día voy a tratar de vender los nueve restantes, pero ya no van a estar frescos. El problema es que no los puedo botar a la basura porque no tengo dinero”, mencionó Sabogal en una entrevista.