La razón de la ausencia de Zambrano en el podio de este jueves, cuando debía recibir su presea plateada por llegar segundo en los 400 metros, tenía que ver con una prueba de dopaje, pero lo de la colombiana Sandra Lorena Arenas está lejos de ser por eso.

Es justamente por la distancia, lo lejos que queda Tokio del lugar donde se llevan a cabo las pruebas de resistencia como la marcha, en la que Sandra Lorena ganó la medalla de plata la madrugada de este viernes, y donde posteriormente también se llevará a cabo la maratón.

Esto sucede en la isla de Sapporo, en el norte de Japón, a unos 800 kilómetros de Tokio, donde se llevan a cabo la mayoría de pruebas de los Juegos Olímpicos.

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A raíz de esto, las corredoras no reciben allí sus preseas, sino que tendrán que viajar a la capital para la premiación, que será en pleno estadio olímpico este sábado.

Mientras tanto, tras terminar los durísimos 20 kilómetros de marcha, una de las disciplinas más desgastantes de Tokio 2020, las tres ganadoras de medalla subieron al podio, pero sin sus medallas en el cuello.

Para recibir su merecido premio, la distancia no será poca. En avión la travesía tarda más o menos una hora y media, pero para la colombiana será un viaje con mucha ilusión sabiendo que en el mítico escenario la esperará el sueño de todo atleta.