Atrás quedó la histórica actuación de la selección Colombia femenina Sub-17. Un subcampeonato mundial y la primera vez que un combinado patrio llega a esa instancia. Menores de edad que lograron lo que ha sido una utopía para los seleccionados masculinos de mayores.

Por ello, más que merecido, todos claman premios para las futbolistas. Ellas encontraron en la normatividad de la FIFA, obligatoria para la Federación Colombiana de Fútbol, FCF, un bloque de contención a sus aspiraciones. Estatutos del máximo organismo del balompié mundial así lo establecen. Un inri que casi que desde que comenzó el campeonato debe cargar el presidente Ramón Jesurún.

El directivo se justificó en lo que establecen los estatutos; que son amateur y que no reciben premios en dinero por parte de la FIFA sino estímulos deportivos representados en trofeos, distinciones y medallas. Según el artículo 47 del reglamento, en cuatro parágrafos establece las disposiciones al respecto.

En concreto, por eso recibieron en la premiación encabezada por Giani Infantino, presidente del organismo, medalla de plata al equipo como subcampeón, más trofeos a Linda Caicedo, de plata como segunda mejor jugadora del torneo y de bronce al marcar cuatro goles en los seis partidos que disputó.

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Tras el revuelo que causaron las declaraciones del directivo, la Agencia de Periodismo Investigativo, API, indagó que tanto han invertido los diferentes estamentos en Colombia para incentivar la participación de las selecciones femeninas, sub 17, sub 20, de mayores, así como las subvenciones para la liga femenina.

Con detalles de contexto que han marcado el devenir del fútbol femenino en el mundo; mucho más antiguo de lo que se piensa. Mery Hutson, quien se hizo llamar Nettie J. Honeyball fue su gestora. Era 1894 cuando publicó un aviso en un tabloide londinense convocando a las mujeres a unirse al Club de Fútbol Británico de Damas; se presentaron 30.

El primer partido se jugó meses después, el 23 de marzo de 1895. Contó con más de 10.000 asistentes. Es reconocido como el punto de partida por la FIFA. Incluso, un reportero que cubrió el partido para el diario inglés The Guardian, lo detalló en 94 caracteres, “solo puedo decir que la impresión que dejó en mi mente el partido de esta tarde es que el espectáculo fue muy bonito. No hay nada desagradable en que una mujer de puntadas a un balón”.

Han transcurrido 132 años desde entonces, Hutson o Honeyball como se le quiera llamar, cumplió su sueño con creces.

En 1991 se realizó el primer mundial de fútbol femenino. Desde entonces se ha efectuado en ocho ocasiones y cuatro países han alzado la copa. Estados Unidos cuatro veces, Alemania dos y Noruega y Japón, cada una con un trofeo.

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En Colombia, el primer envión fue el 25 de abril de 2016. En esa ocasión la Dimayor, a través de 16 clubes, dio el banderazo para la creación de la Liga Profesional Femenina 2017.

Desde entonces, la Federación Colombina de Fútbol, FCF, ha destinado $17.008 millones al desarrollo del fútbol femenino profesional colombiano.

De estos $11.919 millones por recursos directos de la Federación y alrededor de $6.000 millones de subvenciones gestionadas por esta entidad con la FIFA.

En el año 2017, cuando inició la Liga se destinaron $1.086 millones que integraron rubros como alojamiento y alimentación, tiquetes aéreos, técnicos, medicamentos, pólizas de vida y salud, transportes y gastos de viaje.

Al año siguiente, la cifra se cuadruplicó y el valor pasó a $4.014 millones. Un ítem que se aumentó de manera sostenida desde el año 2017. A la fecha es el rubro destinado al pago de técnicos, que se inició con $166 millones ese año y en esta vigencia, es decir 2022, la Federación ha girado $609 millones.

Lo propio ha ocurrido con los gastos de viaje. Mientras que en el año 2017 se destinaron $41 millones, en 2022 esa cifra asciende a los $901 millones y los estímulos a jugadoras han sido de $145 millones.

Foto: Suministrada. Relación gastos fútbol femenino entre 2017 y 2022
Foto: Suministrada. Relación gastos fútbol femenino entre 2017 y 2022

En concreto, son cuatro las fuentes de financiación que se han utilizado a fin de apoyar la actividad. La mayoría recursos propios de la FCF; a estos se suman dineros trasladados a la Dimayor, giros de la Conmebol y subvenciones apoyadas por el programa Forward de la FIFA.

Así las cosas, y pese a que durante casi dos años, el mundo, la economía y el fútbol sufrieron los rigores de la pandemia de Covid-19, las selecciones femeninas siguieron recibiendo recursos, en mayor o menor medida.

Es evidente que jugadoras como Linda Caicedo con apenas 17 años tiene al país celebrando aún con cada jugada, cada gol y cada victoria. Un ídolo de 1.61 de estatura y 53 kilogramos de peso que ha puesto a hablar a los colombianos y al mundo de muy buen fútbol. El mismo que en muchas ocasiones ha faltado en la selección masculina, como lo sostienen algunos comentaristas deportivos.

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No obstante, la industria del fútbol femenino aún está en construcción, pero no por falta de talento si no de olfato de los patrocinadores en potencia.

Una muestra de ello es la controversia que se vive en la FIFA, pues tan solo hace dos semanas, rechazó las ofertas por los derechos del Mundial Femenino de Costa Rica en 2023 por ser muy bajas

“Esto no es un caso de precio, sino un testimonio de la falta de disposiciones de los operadores de avalar lo que el fútbol femenino merece”, aseguró Remy Gai, director de medios de la FIFA.

Un punto que la misma dirigencia ha insistido, en que falta compromiso de la industria en general. A pesar de ello, los balances de las entidades rectoras del fútbol evidencian que para su desarrollo se han girado $17.008 millones.

Al respecto, Fernando Jaramillo, presidente de la Dimayor ha efectuado diversas gestiones desde hace varios meses con empresas del sector privado para no depender de los giros de la Federación, pero pese a sus esfuerzos los patrocinadores no creen del todo en la inversión publicitaria y apoyo al fútbol femenino.

A nivel estatal, el gobierno Duque destinó una partida de $3.000 millones para la Liga. Por su parte la FCF acordó entregar premios a las jugadores de la selección subcampeona mundial, con un monto no revelado. Así como BetPlay quien también anunció un reconocimiento en dinero a las jugadoras de $500 millones. Al igual que el CEO de Tecnoglass, Christian Daes. 

Revisando el Presupuesto General de la Nación 2023 que se discutió y aprobó por $405.6 billones en el Congreso, antes de la actuación de la Sub-17 en el mundial, los parlamentarios que ahora buscan pescar en río revuelto con la destacada actuación de las futbolistas, no fomentaron un rubro especifico para aumentar los recursos al fútbol femenino.

Con otro detalle. La ministra del Deporte, María Isabel Urrutia, quien anunció jugosos premios para la selección sub-17 y la de fútbol de salón que se coronó campeona mundial en Mosquera, está en aprietos porque prometió a cada una de las jugadoras un giro de $35 millones, pero la norma solo le permite $11 millones, por lo cual está buscando con su equipo de trabajo un mecanismo alternativo para cumplir su promesa que debe ser ratificada mediante resolución.

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“Seguiremos trabajando en el gobierno del cambio para fortalecer el fútbol femenino y construir la paz total que anhelamos”, aseguró la funcionaria en un mensaje en su cuenta de la red social twitter.

Una realidad diferencial que en el contexto internacional se siente frente al fútbol masculino. Según registros de la FIFA a noviembre de 2020, estableció que 878 mujeres eran consideradas como futbolistas profesionales.

De las jugadoras por ligas, el 75.5% está en Alemania, Inglaterra registra el 57% y Suecia tiene el 55% de futbolistas profesionales. A estas le siguen Estados Unidos, Oceanía, Asia y Latinoamérica y las más rezagadas en la materia están en África y Medio Oriente.

Caso particular el de España, que justamente retuvo el título mundial Sub-17 frente a Colombia. Según un informe de 2021, es la quinta federación del mundo en asignarle mayores recursos a la Liga Femenina con un presupuesto promedio por equipo de US$628.000.

España es superada por Reino Unido con US$996.000, Noruega US$869.000, China con US$1.1 millones y Japón US$1.6 millones.

Otro detalle muestra la situación; solo un club ha intentado equiparar el salario de mujeres frente a los hombres. En el Lewes Fútbol de Inglaterra, equipo semiprofesional, allí todos sus miembros tienen un salario similar. De igual forma, Estados Unidos, Brasil y Noruega pagan los mismos premios y los mismos viáticos a mujeres y hombres en todas sus selecciones.

En materia de audiencias televisivas también se registran diferencias. Y lo que evidencian las redes sociales no se traduce en rating. Por ejemplo, la final del este domingo entre Colombia y España registró una audiencia para el Gol Caracol de 14.0% y el canal RCN 4.8%. Mientras que el último partido de la eliminatoria al mundial de Catar entre Venezuela y Colombia del pasado 29 de marzo marcó un rating de 24.55% en el gol Caracol, según cifras de Ibope.

Otra cifra evidencia que en casi la mayoría de los entornos, pese a que el fútbol femenino tiene 132 años de existencia y ante la coyuntura, funcionarios, políticos, nuevos empresarios y algunos influencers que quieren sacar provecho del momento; los premios que dará el mundial de Catar serán de US$440 millones, mientras que en mundial femenino de Costa Rica del año entrante estos serán de US$60 millones.