Luego de las imágenes que el país conoció, algunas de las críticas apuntaron a por qué se jugó el segundo tiempo del partido pese a la delicada situación que se vivió en las tribunas, con agresiones que dejaron a un joven con delicadas lesiones y que incluso pusieron en riesgo a niños.

Ante los desmanes, el IDRD dejó gran parte de la responsabilidad a Santa Fe, como organizador principal del evento deportivo sobre el que se tenía gran expectativa por ser el regreso del público a los estadios de Bogotá luego de año y medio.

Javier Suárez, subdirector de parques de esa entidad le explicó a Pulzo que el cuadro cardenal, como empresa privada que alquila el escenario, debía “hacerse cargo y tener mucha responsabilidad como seguramente lo hace cualquiera en un teatro, cine o concierto”.

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El funcionario detalló que la labor del Distrito, como dueño del estadio, es alquilar el escenario al club y que no tienen “la capacidad de intervenir directamente en ese evento”, pues para eso se instala un Puesto de Mando Unificado (PMU) con diferentes autoridades y delegados para tener control del mismo.

“Como administrador [del estadio] llamamos a una responsabilidad del organizador [Santa Fe], si desde allí ven que no hay condiciones sociales y de seguridad para continuar el evento, puede cancelarlo”, añadió el subdirector.

Es decir, que de allí debía partir la decisión de cancelar el partido, aunque esa medida también podía estar en manos de la Policía o la Dimayor, si veían que no estaban dadas las condiciones de seguridad; sin embargo, a lo largo del día se conoció que el partido se jugó en su totalidad para darle tiempo a las autoridades de enviar refuerzos y tener un mayor control en la salida de las hinchadas.

Consideraron que “había mayor riesgo de haberlo parado”, añadió Suárez, pues la violencia que se había desatado en ese momento pudo trasladarse a las afueras del estadio y afectar a los residentes de las zonas aledañas a El Campín.

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En medio de la nueva crisis que la violencia y que supone un nuevo reto para la dirigencia deportiva y las autoridades del país, Suárez dejó clara la posición del Distrito:

“La ciudad no puede seguir siendo responsable de un evento privado que organiza un club por más que sea un fenómeno social. El fútbol es un evento deportivo privado desarrollado por empresas privadas que tienen un lucro del estadio. […] Lo que vamos es revaluar la responsabilidad de esos privados en el desarrollo de un evento de esta envergadura”.

En cuanto al dispositivo de seguridad de la Policía, que según denunciaron los hinchas tuvo varias fallas de logística, Suárez señaló que eso ya viene establecido en los planes de gestión de riesgo del Idiger y que para un partido de esta complejidad debían destinarse al menos 1.200 policías.

Todo ello será evaluado en el proceso sancionatorio que se le abrió también a Santa Fe por parte de la Alcaldía de Bogotá, sumado a posibles incumplimientos de medidas de bioseguridad.

En video, la explicación del funcionario del IDRD en conversación con Pulzo: