
Hay luto en la hinchada de Millonarios, el fútbol colombiano y el país en general luego de que se hiciera oficial el fallecimiento de Javier Acosta, el famoso aficionado al cuadro embajador quien recibió la eutanasia en la tarde de este viernes 30 de agosto debido a la serie de enfermedades que padecía, muchas de ellas, derivadas de una bacteria que habría contraído en una piscina de Melgar.
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La historia de vida del bogotano de 36 años y su valentía para afrontar los retos que esta le puso vivirán para siempre en el corazón de muchas personas, pues el fallecido tuvo que atravesar duras pruebas desde hace casi una década para mantenerse vivo y acompañar a sus familiares y seres queridos.
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Contrario a lo que muchos creían, el procedimiento no se llevó a cabo en el hospital San Ignacio, pues se hizo en un lugar privado al que solo acudieron sus familiares y parientes cercanos. El hospital San Ignacio hizo oficial su salida hacia el lugar en el que, finalmente, murió el exbarrista.
Quién era Javier Acosta, hincha de Millonarios que conmovió por su historia de vida
Javier Acosta nació en Bogotá y apoyó durante toda su vida al equipo embajador de la capital hasta el punto de hacer parte de Los Comandos Azules, una importante barra del cuadro azul con la que viajaba a todos los partes del país para ver el fútbol del seleccionado de sus amores.
Acosta, quien partió de este mundo con Millonarios, su familia y el recuerdo de su hija en el corazón, tenía una vida normal hasta que, en 2015, sufrió un grave accidente en el trayecto Tuluá-Bogotá luego de haber ido a ver un partido del equipo capitalino. Dicho siniestro condujo a que el hincha perdiera la movilidad de todo su cuerpo y terminara en una silla de ruedas.
Aunque el bogotano le contó a varios medios de comunicación que, luego del accidente, se encontraba en una condición de cuadriplejia, gracias al apoyo de sus amigos, su hija y sus familiares logró recuperar la movilidad de sus brazos y torso, lo que le dio esperanzas de volver a caminar algún día.
Pasaron los años y, con el tiempo, el hombre logró levantarse de su silla con algunos apoyos, pero, mientras se recuperaba de este accidente — y pasados cerca de cinco años desde el mismo —, contrajo una bacteria que complicó su recuperación y volvió a cambiar su vida por completo.
Se trataba de la candida auris, un peligroso microorganismo que, según él, adquirió en una piscina de Melgar. En menos de cinco días lo que inició viéndose como una simple espinilla logró ingresar a su cuerpo y provocarle una úlcera en uno de sus glúteos.
Ningún antibiótico pudo evitar que esta peligrosa bacteria llegara hasta sus huesos y le provocara una osteomielitis, infección en los huesos de una de sus piernas que, nuevamente, le derrumbó las esperanzas de volver a caminar. La solución de los médicos era clara: Acosta tenía que perder una de sus extremidades inferiores para intentar detener el crecimiento de esta infección.
Cáncer en la sangre: la gota que rebasó la copa del hincha de Millonarios sometido a eutanasia
Como si esto fuera poco, pasados varios exámenes desde que los médicos le dieron la opción de perder una de sus piernas para intentar controlar la infección, a Acosta le diagnosticaron cáncer en la sangre, otra fuerte enfermedad que empeoraría su calidad de vida y que, además, podía hacer que la bacteria avanzara aún más rápido.
El panorama al que se enfrentaba el aficionado al fútbol le hizo ver la eutanasia como la alternativa menos dolorosa, pues, afirmó, a través de esa inyección iba a poder descansar de los fuertes dolores que sentía, los cuales no podía calmar ni siquiera la morfina. El trámite avanzó con éxito y, tal como sucedió, la eutanasia quedó programada para este viernes 30 de agosto.
“Las sonrisas de Javier no mueren entre baúles, vivirán en las canciones de los Comandos Azules”, fue una de las trovas de despedida que, en una entrevista que tuvo el fallecido con Los 40 principales a pocas horas de su muerte, le dedicó Pipe Flórez, uno de los presentadores de la emisora.
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