El diario recoge las denuncias de acoso sexual y laboral que estallaron esta semana, recuerda “las ya conocidas de chantajes económicos, abuso laboral y desidia”, y opina que los manejos, de parte de la Federación, “han sido deficientes y, en ocasiones, cercanos a criminales”.
Además, El Espectador sospecha que estos casos también se habrían presentado en los clubes locales.
“¿Cómo es posible que la respuesta oficial a estas situaciones haya sido que no estaban al tanto, cuando se trata de graves denuncias? ¿Acaso no es evidente la discriminación sistemática que se está permitiendo que tome lugar?”, pregunta el medio.
El diario expone que el caso de las futbolistas tiene los “patrones básicos de las denuncias de este tipo”, en las que las autoridades, generalmente hombres, no las escuchan y las desestiman.
La reacción del ente rector del fútbol colombiano “demuestra su falta de interés en construir un ambiente propicio […] para la existencia del fútbol femenino”, y se convierte en un obstáculo más para el desarrollo de la disciplina en el país, lamenta El Espectador.
“Lo que parece es que la Federación lleva todos esos años no haciendo bien su trabajo”, concluye el medio.
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