Egan Bernal contó en entrevista con Semana que se encontraba haciendo un entrenamiento en su bicicleta de contrarreloj y que cuando alcanzó los 65 kilómetros por hora levantó la cabeza y que vio la carretera despejada, pero que cuando la bajó se estrelló contra la flota.

En consecuencia, no quiso responsabilizar del suceso a nadie, a pesar de que terminó con 20 huesos rotos y perforación en los pulmones, entre otras afectaciones.

“Después de lo que ha pasado y de lo que viví no quiero culpar a alguien, ni a mí, ni al señor del bus, ni a nadie”, apuntó inicialmente.

Pero acto seguido mostró su desacuerdo con lo que desde su punto de vista sucede en las vías de Colombia.

“Hay cosas que deberían funcionar mejor, como el hecho de que haya un paradero, fue algo que pensé mientras estaba en la UCI”, expresó.

Y argumentó: “Sé que es difícil por nuestras carreteras y que muchas personas salen a tomar el bus muy temprano e ir hasta el paradero les tomaría más tiempo, pero se podrían evitar más accidentes”.

“Lo de los paraderos a veces me da impotencia porque los buses paran en el medio de la nada y ni siquiera se orillan”, reclamó.

Finalmente, reconoció que su deporte es de alto riesgo y que a eso se deben someter los profesionales del pedal.

“Lastimosamente, no somos como en el fútbol y no podemos entrenar en un estadio o un coliseo y debemos estar expuestos a este tipo de accidentes. No puedo dejar de entrenar en carretera abierta o no podría ganar el Tour de Francia”, finalizó.

Además, comentó que espera recuperarse lo más pronto posible para volver a su mejor versión, aunque aclaró que ganar la ‘ronda gala’ de nuevo no será sencillo.

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En video, las palabras del jefe de filas del equipo Ineos (desde el minuto 39:36):