El 6 de agosto del 2020 la Dimayor anunció la llegada de Fernando Jaramillo Giraldo a la Presidencia de la entidad.

Ese día, 30 de los 36 clubes afiliados votaron por él. Les ganó el pulso a César Pastrana (Santa Fe), Hernán Yunis (Atlético Junior) y Gustavo Alberto Lenis Steffens (ejecutivo).

“Desde diciembre de 2004 ha sido vicepresidente legal y de asuntos corporativos de Bavaria, cargo que desempeñó hasta julio del presente año, y con este gran perfil en la industria privada y pública, llega a la Presidencia de la Dimayor”, dijo la Dimayor en su página web.

Hoy, dos años después, 19 de esos 36 clubes le quitaron el respaldo; cada uno tiene un motivo para reprobarlo. Según los estatutos, con 19 votos es suficiente para destituirlo o pedirle su renuncia.

(Vea también: Daniel Torres contó por qué regresó al DIM y no a Santa Fe: “Estamos donde Dios quiere”)

La lista que manejan algunos la encabezan los seis equipos de la Costa: Unión Magdalena, Valledupar, Barranquilla FC, Atlético Junior, Real Cartagena y Jaguares; luego están los dos de Boyacá: Chicó y Patriotas; tres de Bogotá: Santa Fe, La Equidad y Tigres; Deportes Tolima y Atlético Huila; Rionegro y Envigado; Llaneros, Atlético de Cali, Cúcuta Deportivo, Alianza Petrolera y posiblemente el Once Caldas.

Quienes conocen a Jaramillo lo sintetizan como una persona decente, que quiso aplicar las políticas del gobierno corporativo en el fútbol y los dirigentes del fútbol se lo “comieron vivo”. Terminó cediendo a las presiones de varios de ellos, quedó mal parado en medio de los escándalos y ahora no lo quieren.

Le abonan que la semana pasada logró que la Superintendencia de Industria y Comercio archivara la investigación para 16 clubes por un posible veto a los futbolistas.

LA PATRIA habló con Fernando Jaramillo, presidente de la Dimayor, pero dijo que estaba en una reunión con el Ministerio del Deporte.

Un dirigente dijo el viernes pasado después de ver todo lo que pasa: “Cada que hablan mal de nosotros, nos lo merecemos”.

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Los futbolistas también piden la renuncia

Desde la agremiación de futbolistas profesionales lo ven como una persona que llegó a la Dimayor en medio de la pandemia con el güiño del Gobierno nacional. Agregan que prometió mucho e hizo muy poco, sobre todo en gestión económica. Además, le cuestionan la falta de poder: “Decide no por conocimiento, sino por presión de los clubes“.

Respecto a Acolfutpro, le reclaman porque siempre ha dilatado las peticiones laborales que presentó la agremiación en el 2019: “Es poco su compromiso”.

De qué lo señalan

De beneficiar a parte del llamado ‘G8’: Atlético Nacional, Independiente Medellín, Millonarios, Deportivo Cali, América de Cali (hoy no lo respaldan Tolima, Once Caldas y Junior).

Le cuestionan el papel que desempeñó en el caso del Cúcuta Deportivo. Quiso aplicar las normas apoyado por el Gobierno nacional contra uno de los socios y muchos lo vieron muy mal.

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Dicen que conoce poco el sector y por eso las decisiones técnicas, jurídicas y reglamentarias equivocadas a lo largo de su período. El 11 de junio pasado le levantó la sanción a Millonarios para el clásico con Nacional, lo que provocó la renuncia de la Comisión Disciplinaria de la entidad. El 7 de mayo pasado, en medio del paro armado decretado por el Cartel del Golfo, permitió que Jaguares le ganara por doble u al Medellín.

También el escándalo de la final de la Primera B, en la que Llaneros, en un minuto, perdió 1-2 con el Unión Magdalena, equipo que ascendió a la A, dejando casi listo a Fortaleza. Después, el 31 de diciembre, archivaron el proceso.

Adicionalmente, autorizó que el América jugará como local ante Tuluá en el estadio 12 de Octubre de Tuluá.

Se comprometió con la Liga Femenina y no contó con la opinión de los clubes, la mayoría sin presupuesto para participar.

Dicen que su gestión para vender el fútbol en el exterior es nula. Caído el negocio con el grupo Laes, todo quedó en manos de Win. El contrato se vence en el 2026.