El Mundial de Clubes sigue siendo esquivo para los equipos del continente americano. Este sábado, tras un apretado partido y en donde el VAR –como viene ocurriendo con mayor frecuencia– fue protagonista en el final del juego, Chelsea derrotó 2-1 a Palmeiras en el tiempo extra y acabó con la ilusión de los brasileros.

Fue un juego parejo y por varios pasajes con buenas oportunidades para Palmeiras, pero la ansiedad y el arquero campeón de África, Edouard Mendy, evitaron la victoria brasileña.

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Sin embargo, la balanza se inclinó en el segundo tiempo: al minuto 55 Callum Hudson-Odoi ganó la banda izquierda y centró en la carrera, en el área y, aprovechando su talla, entró Romelu Lukaku, quien marcaba el 1-0 parcial.

Lo que parecía el final de Palmeiras, cambió cuando al minuto 61, en una jugada sin peligro, Thiago Silva cometió mano en el área. El VAR llamó al juez, quien revisó la acción y decretó penal. El cobro fue de Raphael Vega quien engañó a Mendy y empató el juego.

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Tras el final de los 90 minutos, el equipo suramericano se vio mejor físicamente, incluso con llegadas que inquietaban el arco inglés, pero la falta de efectividad o la velocidad de la zaga defensiva de Chelsea cortaban los avances.

En el tiempo extra, César Azpilicueta ganó un rebote cerca al área, remató en el aire y la pelota pegó en la mano de Luan. Nuevamente la videoasistencia le habló al árbitro, quien con dos repeticiones confirmó la acción y decretó el penal, que con mucha suficiencia anotó Kai Havertz.

La ilusión de Palmeiras de llevar el duelo a los penales se esfumó y con ello la posibilidad de que América volviera a derrotar a Europa.

La última vez que ocurrió fue hace 10 años, en ese momento Chelsea cayó 1-0 ante Corinthians con gol del peruano Paolo Guerrero.