Inevitable no calificar como un fracaso absoluto la actuación de los Nets en la 75° edición de la NBA, no solo porque su reciente eliminación en manos de los Celtics recuerda de inmediato el primer fiasco de la franquicia de Brooklyn, cuando los Milwaukee Bucks se impusieron en las semifinales de los pasados playoffs, sino también por el traspaso que hizo con los Philadelphia 76ers a comienzo de febrero, ese que parecía indicar que los dirigidos por Nash lograrían dar la sorpresa este año.

Será difícil explicárselo a los futuros amantes del baloncesto, pero sí, el equipo que en un principio contó con un ‘big-three’ de ensueño conformado por Kyrie Irving, James Harden y Kevin Durant, no logró hacerse con el Trofeo Larry O’Brien en su primer intento por la gloria eterna, y justo una temporada después, luego de la salida de Harden pero con la incorporación de Ben Simmons, Seth Curry y Andre Drummond al plantel, aquel conjunto que también había sumado a Patty Mills y a Goran Dragić en su plantilla, fue barrido por los Celtics en el amanecer de la postemporada.

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Por supuesto, no se pueden dejar de lado las diferentes lesiones que sufrieron Irving, Harden y Durant durante su estadía en conjunto en los Nets (solo pudieron jugar juntos en 16 ocasiones), ni tampoco se debe olvidar que debido a sus molestias en la columna, Ben Simmons hasta la fecha no ha podido disputar ni un solo minuto defendiendo los colores negro y blanco, aun así, por el simple hecho de contar con la presencia de Irving y Durant en cancha, junto a los demás jugadores ya mencionados, es difícil que la actuación de Brooklyn en las últimas dos temporadas no sea catalogada como uno de los fracasos más grandes de la historia.

Kyrie había afirmado que los Nets se iban a convertir en el primer equipo de todos los tiempos capaz de remontar un 0-3 en contra, Durant se encendió en llamas con 39 puntos, 9 asistencias y 7 rebotes en el cuarto juego de la serie, pero nada de esto fue suficiente para detener la maquinaria ofensiva y defensiva de unos Celtics que dominaron por completo todos los aspectos del juego a lo largo de la primera ronda, rendimiento aplanador que le otorgó la dicha de convertirse en el primer equipo que adquiere su boleto para las semifinales de los ‘playoffs’.

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Además, también es importante resaltar que las falencias defensivas de Brooklyn no pudieron hacerle frente a las letales armas anotadoras de Jayson Tatum, Jaylen Brown, Al Horford y Marcus Smart, siendo el último mencionado una pieza clave en el último compromiso disputado en el Barclays Center, pues, cuando restaban 32 segundos para terminarse el partido y los locales tenían la oportunidad de igualar el marcador con un triple, el ya reconocido como mejor jugador defensivo de la temporada le impidió a Durant acercarse al aro cuando los Celtics debían acomodarse en defensa.

No hay que desmeritar el excelente trabajo hehco por la plantilla dirigida por Ime Udoka, pero es inevitable no fijar la mirada en el malogro consecutivo de los Brooklyn Nets en los playoffs; y ahora, pensando en lo que será la edición 2022-23 de la NBA, los fanáticos neoyorquinos centran su fe en el ‘big-three’ Kyrie Irving, Ben Simmons y Kevin Durant, el cual intentará finalmente hacerse con el anillo y que jugará con la presión de que el ’11’ puede marcharse del equipo a finales del 2023 como agente libre.