El equipo opita había sacado ventaja en el partido de ida con su triunfo de 2-0, por lo que el juego de vuelta no lucía del todo cerrado.

Eso se confirmó a escasos 25 minutos del primer tiempo, cuando Yilton Díaz anotó el 1-0 para el Deportes Quindío, que ponía la serie 2-1.

Sin embargo, el equipo de la ciudad milagro no consiguió convertir la ventaja en un envión anímico suficiente para volver a marcar y el desespero fue aumentando. Tanto así que en el minuto 77 terminó en la expulsión de Andrés Amaya, por la visita, y César Hinestroza, en el local, por un fuerte choque.

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Al final no hubo más goles y Huila por fin consiguió el ascenso en su sexta final consecutiva en el último mes; las dos del segundo semestre contra Boyacá Chicó, las dos contra ese mismo rival por el ascenso directo, y las dos que definieron el otro cupo a primera división.

Disturbios terminaron el partido en el estadio de Armenia

Antes de iniciar las acciones todo parecía fiesta en el estadio Centenario, pues la parcial local le dio una colorida recepción a su equipo:

No obstante, después de los 90 minutos algunos de esos seguidores demostraron que tanto tiempo en segunda división parece haberles sentado mal, pues no se tomaron nada bien el resultado del partido y reaccionaron de forma violenta.

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Cuando el portero Jhon Figueroa se disponía a hacer el último saque del partido, con el tiempo cumplido, tuvo que salir corriendo a guarecerse en camerinos ante la invasión de algunas personas.

Caracol Radio reportó que en ese momento se desató una violenta gresca en las tribunas:

La Crónica del Quindío mostró que hubo heridos y el escuadrón antidisturbios tuvo que intervenir:

Esa situación obligó a que los nuevos inquilinos de la Liga BetPlay fueran premiados antes de la rueda de prensa, por lo que la placa que así lo certifica lució al lado del técnico Néstor Craviotto en su comparecencia ante los medios.

La lamentable situación, que ya poco se ve en el fútbol colombiano, y sucedía hace varios años, demuestra falta de altura de algunos de los invasores locales, que tendrán que seguir viendo a su equipo en segunda división.