Froome, que cederá la corona del Tour este domingo a su compañero de equipo y compatriota Geraint Thomas, dijo:

“Con un ambiente negativo a nuestro alrededor, eso nos une, nos hace ser más fuertes juntos. Sabíamos que luchábamos contra el resto del mundo y estábamos aquí para ganar la carrera”.

Desde la presentación de los equipos en la salida en la Vendée, hace tres semanas, el Sky ha sido objeto del enfado de un sector de los aficionados. Froome fue absuelto en vísperas del Tour de un control antidopaje anormal, tras un proceso que duró nueve meses.

“Puedes optar por sufrir con esa situación o puedes optar por que te motive. Para nosotros fue una auténtica fuente de motivación”, aseguró Froome.

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El ciclista británico nacido en Kenia había bajado al cuarto puesto el viernes tras la última etapa pirenaica, pero fue segundo en la contrarreloj del sábado, sólo superado por el holandés Tom Dumoulin, y estará salvo desastre en el último día en el podio de París, como tercero.

Llegar al podio con Geraint Thomas es un sueño. Es increíble, después de una jornada muy difícil ayer (viernes). Creía que no era posible”, afirmó Froome.

“Estoy muy contento. Ahora sólo hace falta que Thomas siga encima de la bicicleta y lleve el maillot amarillo”, dijo en alusión a la última etapa, el domingo, en la que habrá un recorrido de 116 kilómetros en principio destinado a la coronación del galés en los Campos Elíseos.

Froome, campeón cuatro veces en el Tour, había ganado las tres últimas grandes rondas por etapas disputadas (Tour de Francia y Vuelta a España en 2017, y Giro de Italia en 2018).