Froome había bajado al cuarto puesto el viernes tras la última etapa pirenaica, pero fue segundo en la contrarreloj, sólo superado por el holandés Tom Dumoulin, y estará, salvo desastre en el último día, en el podio de París.

“Llegar al podio con Geraint Thomas es un sueño. Es increíble, después de una jornada muy difícil ayer. Creía que no era posible”, afirmó Froome.

El artículo continúa abajo

“Estoy muy contento. Ahora sólo hace falta que Thomas siga encima de la bicicleta y lleve el maillot amarillo”, dijo en alusión a la última etapa, el domingo, en la que habrá un recorrido de 116 kilómetros en principio destinado a la coronación del galés en los Campos Elíseos.

Froome había ganado las tres últimas grandes rondas por etapas disputadas (Tour de Francia y Vuelta a España en 2017, Giro de Italia en 2018).

No pudo conquistar un quinto Tour de Francia, en una edición a la que llegó marcado por meses de sospechas por un control antidopaje con resultado anormal en la pasada Vuelta a España, del que quedó absuelto en vísperas de esta ‘Grande Boucle’.