La guerra comercial iniciada por Estados Unidos con diversos países comienza a generar efectos significativos en su economía interna. Uno de los sectores más impactados es el automotriz. Según informó Automotive News, la empresa sueca Volvo retirará del mercado estadounidense su modelo Berlina S90, un vehículo que formaba parte del portafolio internacional de la marca.
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La medida responde al impacto de los nuevos aranceles impuestos por Estados Unidos, que han afectado directamente a productos manufacturados en China. El S90 se ensambla en la planta de Daqing, en territorio chino, lo que implica que su importación al mercado estadounidense queda sujeta a una tarifa arancelaria del 125 %. Este incremento en los costos hace inviable su comercialización bajo las condiciones actuales.
Si bien las ventas del S90 en Estados Unidos ya eran limitadas, la aplicación de estos aranceles ha precipitado su salida definitiva del mercado. En 2024, apenas se superaron las 1.300 unidades vendidas, una cifra que refuerza la decisión de Volvo de suspender la distribución del modelo en este país.
De acuerdo con Automotive News, el S90 se había convertido en un vehículo de bajo volumen dentro del mercado estadounidense. En ese contexto, la marca optó por evitar las implicaciones económicas derivadas de la política arancelaria y concentrarse en modelos con mayor potencial comercial. Esta estrategia busca fortalecer la presencia de la marca mediante productos que no se vean directamente afectados por las tarifas impuestas a las importaciones provenientes de China.
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Decisiones de Volvo tras salida del S90 de Estados Unidos
Además de la retirada del S90, Volvo tiene previsto reducir de manera significativa los incentivos en su portafolio de productos en Estados Unidos. Esta decisión apunta a liberar recursos financieros que podrían ser destinados a compensar los futuros costos asociados a los aranceles que pudieran establecerse. La empresa evalúa de forma anticipada las implicaciones económicas de la política comercial estadounidense para ajustar su operación en consecuencia.

Un dato clave es que más del 96 % de los vehículos que Volvo comercializa en Estados Unidos son importados. Esto convierte al país en un mercado relevante para la compañía, pero también lo expone a los riesgos derivados de las tensiones comerciales.
Los aranceles promovidos durante la administración de Donald Trump, y que comenzaron a regir el 9 de abril, han introducido una nueva dinámica en el sector automotor, generando incertidumbre para las marcas con procesos de fabricación fuera del país.




Volvo no es la única compañía que ha tomado medidas en este contexto. Empresas automotrices como Land Rover, Audi y Volkswagen también han decidido pausar temporalmente el envío de vehículos al mercado estadounidense.
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