Los tres errores más frecuentes de los conductores ante un incendio de su vehículo son:

  • Abrir la tapa por completo.
  • No gestionar una salida segura de los integrantes del automóvil.
  • Estacionar en un lugar donde se propague el fuego.

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  • Al notar cualquier cambio en el ambiente interno del carro, parquee en un punto que no tenga hojas de árboles u objetos que puedan ser consumidos por las llamas. Esto podría esparcirlas a diferentes sectores, y más si hay viento.
  • Luego de estacionar, salga y ayude a las personas. Revise el capó y pídale a un acompañante que llame a los Bomberos.
  • Para abrir el capó tenga en cuenta que entre más lo abra, más oxígeno nutrirá a las llamas. Por eso levántela despacio, observe si hay fuego. Si el motor solo presenta humo, está a tiempo de sacar el extintor o una manta que ahogue cualquier posibilidad de crecimiento.
  • No use agua, empeorará la situación. La única forma de apagar un foco de fuego que en el motor es con agua a presión. Para eso, llame a Bomberos.
  • El mecánico manizaleño Rodrigo Olarte, quien tiene su taller en el barrio Vélez, explica que lo mejor es usar las dos manos: una para levantar el capó y la otra para cargar el extintor y apuntarlo directamente al foco de las llamas.
  • Usar el extintor no es garantía de que pueda salvar el carro. Este, que por reglamentación debe ser mínimo de 5 libras y de características 2BC (cuesta entre 25 mil pesos a 40 mil pesos), puede ser un paño de agua tibia cuando el fuego es considerable, pero sí puede minimizar riesgos.

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Causas

Bomberos, técnicos y mecánicos apuntan a que generalmente un incendio se da por cambios técnicos en el carro. Los más comunes son los derrames de gasolina, producidos por el mal empalme de los conductos que transportan el líquido.

También están los cortos eléctricos. Estos se pueden identificar con facilidad por el humo grisáceo que ingresa a la cabina. Un olor parecido al caucho quemado. Hay que estar más atento en los carros que poseen sistema de sonido o algún tipo de conexión compleja.

“Cuando sale de concesionario, todo está nuevo y verificado, pero en el cambio de una bombilla se puede producir un tragedia”, relata el coordinador técnico en el área de mecánica del concesionario Armotor S.A. Kia, Jhon Jairo Gómez. Explica lo que pasaría en ese caso: “Imagínese que quedó mal puesto. Este se calienta mucho, y cuando cae, derrite el compartimiento. Hasta ahí, todo bien, porque eso no prende fuego, pero cuando cae sobre el bómper, ese material sí se prende en llamas”.

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Para prevenir, mantenga el carro en buenas condiciones técnicas y los sentidos alerta. No puede ser un evento normal el tener un olor gasolina dentro del carro en las mañanas, ni el olor a quemado o el ligero humo que se asienta en la cabina.

Temperaturas

Los vapores del combustible arden a -37 grados centígrados, es decir, a temperatura ambiente la gasolina podría provocar fuego. La mayoría de los casos se dan en el motor, donde no estalla sino que se consume. Para que estallara, los gases tendrían que verse afectados por una gran temperatura que obligue a que el tanque de gasolina ceda. “Uno lo ve mucho en las películas, pero en verdad se ve poco. Es más común las llamas del motor”, afirma el teniente Jorge Iván Quintero, comandante del Cuerpo Oficial de Bomberos de Manizales.